Escapando de un mal amor. Capítulo La culpa y penitencia
Se apartó de ella como si le quemara. Olivia lo miró sin decir nada, con el alma hecha pedazos.
Su mentira había sido lanzada, y ahora flotaba entre ellos como una serpiente venenosa, y silenciosa, lista para envenenar lo poco que quedaba en pie.
—Lo siento… —repitió ella, casi en un susurro, mientras apretaba las sábanas contra su pecho con manos temblorosas—. Yo tampoco recuerdo todo… solo… sé que no fue su culpa. Nadie podía resistirse a lo que nos pusieron en las bebidas.
Octavio cerró los ojos con fuerza, deseando borrar todo. No recordaba nada, Pero no podía negarlo, no cuando ella lo confirmaba.
La mentira era cruel, más cruel que cualquier castigo externo. Una mezcla de rabia, repulsión y asco le subió desde el estómago como una ola ácida. Pero el blanco de esa furia no era ella. Era él.
Se sintió sucio. Débil. Traidor.
Las palabras de Olivia retumbaban en su cabeza, girando sin descanso.
Ella siempre le mostró ser tan fiel, no podía dudar de ella, no la creía capaz de algo tan