Silas se encontraba en su oficina, cuando sintió a su esposa acercarse a él, se abrumó un poco porque la sintió con un torbellino de emociones, estaba contenta, pero a la vez nerviosa, era raro pues la Luna no era así.
Soltó los papeles que tenía en la mano y espero que la luna entrara, para su sorpresa cuando la puerta se abrió supo que era lo que tenía a la luna así, sonrió un poco tenso.
-Silas, mira quién a venido de visita.
Acto seguido tomó a Ziara de la mano y la llevó hasta el Alfa -Saluda querida, él no muerde, algunas veces si, pero no ahora y le guiñó un ojo.
Alian miraba a su padre, parecía que no se lo esperaba, pero era un tema que ya se había hablado y ellos mismos habían estado de acuerdo en que la llevara allí, es más fue la misma Luna quién se lo pidió.
Sin dudas Ziara estaba nerviosa, sentía sus manos sudadas y no podía negarlo sus piernas temblaban. El Alfa se levantó de su gran silla y la abrazo -Bienvenida, la manada es tu casa.
Un poco cohibida y