El gemido de ambos resonó en la habitación. La cadera y el interior de Xana ardieron y perdió la fuerza cayendo sobre el cuerpo de White temblando. Había… dolido. Ahora recordaba porqué White se tomaba el tiempo para prepararla, dilatarle y meterse con cuidado.
-Eres malditamente grande- gruñó contra él con los ojos cerrados y llenándose de lágrimas- ¿por qué no te lo cortas un poco?
-Porque entonces no podría llegar hasta donde te guste- dijo White a modo de broma para aligerar el ambiente de tensión entre ambos.
Incluso a él le había dolido un poco de la forma en que ella se había dejado caer sobre miembro. Las paredes internas a pesar de estar húmedas estaban apretadas. Ellos no tenían aún tanto sexo para tenerla preparada para él todo el tiempo, y más que ella era humana.
Movió sus manos sobre los muslos de ella masajeándolos, así como conteniendo todas sus ganas de moverse y aumentar el placer entre ambos, pero no quería que Xana tuviera dolor. Esperó a que ella misma fuera la qu