7. Esperando que desapareciera
Capítulo 7
El silencio de la enfermería se sentía más denso que el aire. Solo el reloj de pared marcaba el paso del tiempo con su tic-tac constante. Nora permanecía sentada en la camilla, las manos apretadas sobre su regazo, mientras la enfermera le decía a Silas los cuidados posteriores. Silas no se había movido desde que la dejó allí y asentía ocasionalmente. De pie, con los brazos cruzados, la observaba con atención, aunque ella no podía verlo podía sentir su pesada mirada en ella como una bestia a su presa.
—Listo, descansa un poco y luego puedes irte —dijo la enfermera con una pequeña sonrisa algo nerviosa, el hombre al lado de la joven la veía con mucha intensidad— te traeré crema cicatrizante —luego de decirlo salió de la salita para ir al cuarto de suministros de medicinas.
—Ya puede irse, señor Wyckham —repitió Nora con voz suave, pero firme, rompiendo finalmente el silencio.
Silas frunció el ceño, pero no respondió de inmediato. Caminó un par de pasos hacia ella.
—No voy