68. Se me hace familiar
Capítulo 68
Nora no le da mucha vuelta. Después del suntuoso desayuno que le preparó la señora Nerissa, ya casi está lista para salir cuando suena el teléfono. Es Silas. Ella contesta con naturalidad, sin imaginar lo que va a escuchar.
—Te compré un auto. He notado que no te gustan los que están en la cochera —dice él con calma, como si hablara de algo irrelevante.
—No era necesario… —empieza ella, pero Silas la interrumpe enseguida.
—No es seguro que uses taxis. Me siento más tranquilo si tienes tu propio auto.
Nora parpadea, sorprendida. Quiere negarse, decirle que no necesita eso, pero él continúa sin darle espacio.
—Es un carro sencillo. Está afuera. La señora Nerissa tiene las llaves.
—Yo… —intenta protestar, pero él ya ha colgado.
El silencio pesa en la línea muerta. Nora aprieta los labios, algo molesta por lo abrupto de la llamada. Nerissa, que está cerca, se ríe en voz baja y le tiende las llaves.
—Aquí tiene, señora.
Nora ni siquiera las mira. La toma con manos temblorosas,