Era Sara después de un aborto.
No llevaba maquillaje y aún se ponía ese vestido de maternidad holgado. Debido a que el bebé en su vientre ya no estaba, el vestido se colgaba vacío en su cuerpo delgado, pareciendo bastante ridículo.
El corazón de Nicolás se apretó y detuvo sus pasos.
Originalmente él no tenía muchos sentimientos por Sara, solo le mostraba algo de cuidado y atención debido a su embarazo.
Sin embargo, no imaginaba que después de la muerte del bebé, ella se volvió completamente inestable mentalmente, siempre diciendo tonterías.
—Nicolás, ven a verlo… —Sara se acercó a Nicolás como si estuviera loca, agarrándole nerviosamente la mano y llevándolo hacia la ventana.
Al ver la apariencia desquiciada de Sara, totalmente diferente de su actitud anterior y su apariencia radiante, Nicolás también se sintió incómodo. Levantó su barbilla con el dedo: —¿Quieres escuchar la verdad o la mentira?
—… —Sara lo miró sin comprender.
Nicolás bajó la mirada hacia ella: —El bebé ya no está. Cu