Mundo ficciónIniciar sesiónProbando Los Límites
El beso fue breve y feroz, una declaración más que un simple encuentro; después de ese choque, el aire alrededor de ellos parecía vibrar con electricidad. La ducha seguía cantando su ritmo constante, pero a cada latido la tensión entre Zane y Angie se espesaba hasta hacerse casi tangible. Él la mantenía contra sí con firmeza, notando cómo el calor de su cuerpo se pegaba y se deslizaba con el agua y en ese contacto había algo que no era sólo deseo: era necesidad, pero también un miedo antiguo que tironeaba de sus entrañas.
Zane notó, en el silencio que siguió, el peso del control en sus propias manos. Sabía que su fuerza no era sólo muscular; había una voracidad en él que venía de su linaje, un instinto que podía arrasar y que no siempre reconocía límites. Eso le asustaba. No por su orgullo, sino porque había visto en otras ocasiones lo que ocurría cuando no ponía freno: miradas de dolor, rostros fruncidos por sorpresa, una huella q







