Palabra De Seguridad
El agua corría como un río incesante sobre la piel de Zane, arrastrando el peso de recuerdos y batallas, pero no el fuego que le ardía dentro. Había entrado a la ducha buscando calma, un espacio donde el rugido de su interior pudiera ser ahogado por el murmullo constante del agua caliente. Sin embargo, la calma se volvió imposible en el instante en que la sintió.
Ese cambio en el aire, esa vibración en lo más profundo de sus instintos no podía significar otra cosa.
Giró apenas el rostro y su pecho se contrajo con fuerza.
Angie estaba allí.
Desnuda. Vulnerable y poderosa a la vez. Su piel brillaba bajo el vapor, cada gota de agua resbalando como si su cuerpo hubiera sido creado para encarnar el deseo mismo. Zane la miró y el mundo dejó de girar. Su boca se entreabrió en un gesto de incredulidad y hambre. La bestia e