Mundo ficciónIniciar sesiónIntensidad
Si bien Zane nunca había dejado en paz a Angie después de consumar su vínculo, ahora que ambos eran vampiros su conexión se había intensificado hasta niveles insospechados. Era como si cada roce, cada mirada, cada respiración compartida fuera una descarga eléctrica que los unía aún más.
La pasión entre ellos parecía no tener límites y, aunque intentaban ser discretos, más de una vez fueron descubiertos en situaciones comprometedoras que ponían en jaque la paciencia del resto de la familia.
El último incidente del mes fue, sin duda, el más memorable.
El almacén de armas, un espacio solemne para los Lancaster estaba impregnado de la energía de siglos de batallas. Filas de estantes albergaban espadas, ballestas, rifles, dagas encantadas y reliquias imbuidas de magia ancestral y armamento moderno. Ese







