Ian sale del trabajo y decide ir a buscar a Sofi al descanso, no sabía por qué se comportaba como un ejemplo de novio, pero le gustaba hacerlo. Era raro en él y se lo cuestionaba a cada minuto cuando sus pensamientos lo llevaban a ella, pero su impulso siempre lo dejaba en el mismo lugar: Sofi.
Al llegar al resto la encuentra sumida en su trabajo. Estaba acomodando los pasteles en la heladera-mostrador y tarareando la canción que sonaba por los parlantes del lugar. El rubio suena por instinto conforme Sofi cantaba.
Porque,
siempre caigo rendida cuando tú me llamas,
Porque,
siempre a cada minuto te vuelvo a extrañar.
Eres para mí desde que te vi,
no te dejo de pensar
Y es que tengo tanto miedo
de volverte amar.
La escucha en silencio sin hacerse notar; su voz es dulce, no tiene nada que ver con la voz potente de la mujer que suena en los altavoces, pero esta embelesado escuchándola y no desea interrumpirla.
Sofi no se percata que contaba con público, un público que era aquel hombre que