Capítulo 58

Lina sale de su oficina para tomar un café junto a los demás y en la distancia ve a “Ken”, lo observa con detenimiento, se da cuenta que tiene una linda sonrisa, un lindo porte, sus manos se mueven con elegancia, es muy guapo, pero estaba claro que no era Alex. Alex tiene todo y más. Él es único.

— ¿Cómo estás, Lina? —saluda Fernando en cuanto ella se acercó.

—Muy bien. ¿Usted?

—Me haces sentir viejo tratándome de usted.

—Perdón, es la costumbre —esboza, aunque no estaba segura si darle más confianza de la necesaria, ya que la rubia plástica con la que había aparecido la vez anterior podría traerle problemas y ya tenía bastante.

Él comienza a charlar con ella, tratando de romper esa distancia que Lina ponía entre ellos y termina descubriendo que el joven era arquitecto por lo que la conversación se basó en los cambios que ella quería hacerle al resto. Fernando tendió sobre el mostrador unos planos que llevaba consigo y le dio varias ideas de cómo modificar el establecimiento.

—Quiero hacer otro piso —le hace saber Lina.

—Podríamos poner una escalera caracol de vidrio por ahí —Señala hacia un costado del resto—. Arriba podrías darle un estilo más de “tarde de té”, poner unos sillones redondos con las mesas en el centro. Quedaría muy bien, le daría arriba una forma diferente a la de aquí abajo.

—Puede ser; tipo una zona VIP.

Ambos ríen, complacidos por la idea.

Alex llega al descanso y se encuentra con una imagen que no le provocó mucha gracia. Lina apoyada contra el mostrador ya su lado un tipo de traje caro, un tipo que él no conocía. Su sangre sube de manera inesperada por su cuerpo al ver como ella ríe por algo que él dijo, sus celos están haciendo estragos en su interior. Cierra los puños con fuerza, sus dientes rechinan y se dispone a caminar hacia ellos.

—Buen día —saluda y coloca una mano en la espada baja de Lina— ¿Cómo estás? —pregunta cerca de su boca.

—Bien.

Alex devora la boca de su mujer, dejando claro que ella es de él, que le pertenece y Lina se da cuenta de aquello, pero decide dejarlo pasar y no darle tanta importancia.

—Vamos —ordena tomándola de la mano y arrastrándola hacia la oficina.

—Alex, estaba… —Ella no puede terminar de expresarse, ya que él no aminora el paso—. ¿Qué m****a fue eso? —grita con enfado una vez que entraron en la oficina.

Él la ignora con descaro y la vuelve a besar con posesión y fiereza. La lleva hacia atrás, hasta que el cuerpo de ella choca contra el escritorio. Toma su pelo en un puño y tira para atrás su cabeza dejando espacio para que su boca tome el cuello de la chica. Con la mano libre levanta su falda con rapidez. La toma del culo y sin previo aviso la sube al escritorio tirando papeles a su paso; Ella suelta un jadeo, pero él sigue concentrado en su arrebato. Lleva su mano a la parte caliente y húmeda de Lina y gruñe en su cuello al sentirla tan dispuesta para él. Con velocidad se adentra en ella haciendo a un lado su tanga y mete sus dedos.

—Alex—jadea.

—Esto es mío —murmura apretándola—, que no se te olvide.

Lina se da cuenta de lo que está haciendo y le da un empujón, alejándolo.

— ¿Qué m****a te pasa? —pregunta, mientras intenta acomodarse la ropa, ya no estaba con ganas.

No le gusta que la trate como un objeto de su propiedad de esa manera.

—No pasa nada —ladra y se lanza a la boca de ella.

Lina lo recibe, le es imposible separarse de él cuando la toma de esa manera que tanto le gusta, pero estaba equivocado y no lo iba a dejar seguir.

—Son tus estúpidos celos, ¿verdad?

—No son celos —grazna—. Llego y te encuentro muy sonriente con el niño Armani, que carajo…

—Que idiota. ¿Esa es la confianza que me dices tener? —Entrecierra los ojos largando chispas a través de ellos—. Solo estaba mostrándome unos planos, quiero hacerle algunos cambios al resto y él es arquitecto… No sé por qué m****a te explico… Por mi piensa lo que te dé la gana —suelta caminando para rodear el escritorio y sentarse en su silla.

Él la intercepta en pleno camino y la alza llevándola contra la pared.

—Confío en ti —murmura cerca de su boca, apretándola con fuerza innecesaria y haciendo que su erección esté en el punto justo del cuerpo femenino.

—No parece.

—No confio en los demás hombres —La besa succionando su labio inferior—, pero sí confio en ti.

—No me gusta que actúes como un primate.

—Nunca te quejaste —esboza con descaro mostrando su media sonrisa.

—No me gusta cuando se trata de tu inseguridad.

—No es inseguridad; me pone loco que otro te mire… —Suspira mirando como ella muere su labio inferior—. Solo eso.

Pasa su lengua por el labio mordido y luego por el de arriba, para después empujar para meterla en su boca y enredarla con la lengua de ella. Lina se rinde, lleva las manos a su nuca y con sus piernas lo aprieta haciendo que su erección se sienta más firme sobre su pelvis.

—No lo vuelvas a hacer —le advierte.

—No lo volveré a hacer —le asegura y muerde su cuello.

Hace lugar entre ellos con su mano, desabrocha su pantalón dejando libre su erección, hace a un lado la tanga de Lina y la penetra de tal manera que provoca que ella clave sus uñas en los hombros de él. Alex gruñe y comienza sus embestidas con vehemencia. Le corre a un lado la blusa, baja el sostén y lleva su pezón a la boca, muerde el erecto y adolorido pezón con la fuerza justa para hacerla gemir de placer y no de dolor.

La despega de la pared y la lleva de nuevo al escritorio, la obliga a inclinarse sobre este, le coloca una mano en su espalda y la otra clavando sus dedos en las caderas antes de volver a penetrarla. Ella se agarra de los bordes y no deja de gemir por cada estocada que le da con profundidad. Alex lleva una mano hasta el pecho de la chica, lo masajea y aprieta rítmicamente con sus embestidas. Luego lleva su otra mano hasta el botón sonrojado de ella y comienza a hacer presión en éste.

—Dios, ángel —jadea cuando ella comienza a succionar su glándula con sus músculos internos.

El chico no para de embestirla y masajear su botón. Cuando la siente que está por llegar comienza sus arremetidas con más velocidad. Una vez que ella tuvo su orgasmo, saca sus dedos del botón y se los lleva a la boca, Lina los chupa y con eso provoca la explosión interior de Alex.

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