Media hora más tarde, Alex e Ian entraron al descanso siendo recibidos por Maroon5 en las altas voces y con el inconfundible aroma a café.
—Hola, Támara. ¿Se encuentra Lina? —saluda Alex a la franquera que trabaja en el resto detrás del mostrador.
—Hola. Sí, está en la oficina -—le responde sonriendo y manteniendo su mirada un poco más de lo necesario en él.
Alex asiente y rodea el mostrador para dirigirse a la oficina.
—No dejaba de mirarte y sonreír —le anuncia Ian a su primo.
—No le digas a Lina por que la degüella ya mí me corta las pelotas… y me gustan donde están —le contesta haciendo que el rubio se carcajee—. Ángel —dice en cuánto cruzó la puerta de la oficina.
-¿Alex? ¿Pasó algo? —se preocupa al verlo—. Hola Ian.
—Hola, Lina.
—Bueno, ¿qué pasó? —apremia.
—Ian quiere hablar contigo —le hace saber Alex.
Ella posa su mirada en el rubio instándolo a hablar.
—¿Sabes sobre la propiedad de Sofi?
—El apartamento... Sí —responde un poco confundida.
-No. La enorme casa que tiene en un