Capítulo 48. Segundas intenciones
Marco entró al estudio de Alex con pasos firmes, cerrando la puerta tras de sí. Su rostro era una máscara de control absoluto, pero el brillo frío en sus ojos delataba su enojo contenido. Alex, sentado tras su escritorio, levantó la mirada con una calma calculada, sin mostrar sorpresa por la visita.
—Tenemos que hablar —dijo Marco sin preámbulos, dejando caer una pesada carpeta sobre la mesa de Alex.
—Por supuesto, adelante —respondió Alex con tranquilidad, aunque ya anticipaba el rumbo de la conversación.
—Estos son algunos encargos.
Alex vio el exorbitante tamaño de la carpeta.
—Son unos cuantos.
—Bueno Alex, me pediste ser cabeza en Estados Unidos, de todo esto se encargaba James.
—James se encargaba de más —respondió Alex con ironía.
Marco se sentó frente a su yerno y lo observó con mirada desafiante.
—Parece que en realidad tienes un apego especial con la enfermera, que no son ideas de Bianca —dijo Marco, con resentimiento—. Irina Foster no debería estar