Capítulo 164. Al filo de la navaja
Marco regresó a casa.
Su intención era quedarse en el hospital. Pero el agotamiento y la tristeza que le daba ver a Bianca cada vez más deterioraba lo hacía sentir incompleto.
Tan desesperado como cuando murió Tatiana, tan agradecido que ahora puede contar con Olga. Ahora que una vez más pasa por lo mismo, incluso intensificado porque es su hija adorada, la que también le hace recordar lo horrible de despedir a su madre de este mundo.
El médico residente encargado del bienestar de Bianca le dijo que ella seguiría allí en la mañana, que estaba bien que él fuera y descansara unas horas en su propia habitación.
Entró a la casa deseoso de tener a Olga entre sus brazos, sentir que no estaba solo, de alguna manera sentía alivio de que Olga no solo regresó a su vida como pago de lo que la vida le debía, si no como consuelo a lo que venía en el futuro.
Subió las escaleras y abrió la puerta de su habitación.
—Olga, decidí regresar, cariño, me hacías demasiada falta —Marco