Capítulo 127. El fuego del deseo
Alex buscó sus labios con una lentitud desesperante, Irina no podía acusarlo de tomarla desprevenida, la besó de manera lenta y sensual, con sus manos apretó su cintura hasta que los pechos de Irina se pegaron a su torso, entonces la cargó porque no confiaba en dejarla caminar, su calma se agotó con ella amarrada a su cintura entró a la habitación de ella.
Una estancia más pequeña que la principal, elegante pero acogedora, con un diseño que equilibra lujo y comodidad. Las paredes en tonos neutros crean un ambiente sereno, mientras que el gran ventanal con vista al océano permite que la luz natural entre suavemente.
Alex la llevó a la cama, amplia con sábanas de lino y una manta tejida que añade calidez. El sonido lejano de las olas se filtraba en el ambiente y creaban una sensación de paz.
Una sensación de intimidad.
Alex se acostó sobre ella y la ayudó a salir de las prendas de invierno que llevaba, cuando la tuvo completamente desnuda la miró con hambre abrasadora, se in