Alex le dedicó una mirada firme, pero cálida a Ryan. Irina sintió su corazón arrugarse, como desde que murió James y cambió su vida, es costumbre que sus sentimientos sean ambiguos, por una parte se sintió orgullosa de la inteligencia y nobleza de su hijo, pero por otro lado podía sentir la pena de Alex.

—Todos los médicos somos limitados por nuestro tiempo, pero la ciencia avanza a diario, quizás, en un futuro cercano podamos remediar la muerte cerebral.

—Yo seré médico cuando sea grande, y voy a curar a mi abuelita y a mi mamá cuando estén enfermas.

—No tengo dudas de que serás un excelente médico —respondió Alex con una sonrisa triste, quería tanto que Ryan lo viera como padre, pero sabía que así como pescar, ese era un asunto de paciencia.

—Ryan, cuando seas grande, también debes curar a mi papá —le recordó Ema—. Porque yo seré veterinaria —eso hizo sonreír a Alex y a Irina.

—Ema, pero él es médico —le respondió Ryan con toda inocente obviedad.

—Bueno, pero qu