Significados
El estudio privado de Renard era un reflejo exacto de su personalidad: ordenado, austero y cargado de historia. Las paredes estaban cubiertas de estanterías de madera oscura, repletas de libros con encuadernaciones de cuero y títulos grabados en plata. No había adornos superfluos ni distracciones innecesarias, solo funcionalidad y un aire de sabiduría que pesaba en la atmósfera como un juicio silencioso.
Una gran mesa de roble ocupaba el centro de la habitación, su superficie despejada salvo por un mapa de Nocturne extendido con precisión milimétrica, marcado con los territorios de los clanes y sus respectivas fortalezas. En una esquina del estudio, un reloj de péndulo avanzaba con un tic-tac meticuloso, un sonido que parecía encajar perfectamente con la forma en la que Renard hablaba: medida, calculada, sin permitir que una sola palabra se desperdiciara.
Damian se apoyó en el respaldo de la silla, con los brazos cruzados mientras observaba el mapa. Roman, sentado a su la