Capítulo 79. Joseph
El fuego del hogar crepitaba con lentitud en la pequeña y desvencijada cabaña de madera dónde se estaba alojando. La luz del fuego lanzaba sombras inquietas sobre las paredes mientras el olor a alcohol impregnaba el ambiente. Joseph estaba allí, medio recostado en una silla desvencijada, una botella de whisky a medio terminar descansando entre sus dedos. Sus ojos, vidriosos y ausentes, se perdían en el vaivén del fuego como si buscara respuestas entre las llamas.
La puerta se abrió sin aviso. El viento arrastró hojas secas al interior y, detrás de ellas, Soriana apareció con paso seguro. Llevaba un abrigo oscuro que contrastaba con su piel pálida y un vestido entallado que parecía diseñado para provocar más que para abrigar. Cerró la puerta detrás de ella con calma y lo observó con una sonrisa torcida.
—No pensé encontrarte tan... solo —murmuró, dejando caer el abrigo con teatralidad.
Joseph apenas giró la cabeza. —¿Qué hacés acá? No estoy de humor para tus juegos.
—Esto no es un jueg