Capítulo 123. Regreso al castillo
El sol se alzaba apenas sobre las torres del castillo cuando Devon cruzó la puerta principal, montado en su caballo. El polvo del camino se mezclaba con restos de barro y sangre seca, señal de la batalla que había librado horas atrás. Los guardias se apartaban a su paso, respetuosos y silenciosos. Cada paso que daba lo acercaba a quienes esperaban con ansiedad noticias del combate.
Al descender, fue recibido por Alina, su esposa y compañera, quien corrió hacia él con los ojos brillantes y las manos extendidas. Antes de que pudiera decir palabra, él la abrazó con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo y la seguridad de que, por fin, había vuelto con vida.
—¡Devon! —exclamó ella, temblando—. Temí por ti…
—Estoy bien —respondió él, apretándola contra su pecho—. Hemos derrotado a los Darkfang. Todo ha terminado… casi todo.
Al apartarla un poco para mirarla, sus ojos reflejaban el peso de la batalla y la noticia que debía dar:
—Ariel… el enmascarado, era gemelo de Adriel… y escapó.
Alina