[Donovan]
La imagen había quedado grabada a fuego vivo en mi mente. Un perturbador cuadro de horror que sabía me perseguiría hasta el final de mis días, pero no por la escena en sí, sino por el estado de mi esposa.
Cuando finalmente logramos dar con la ubicación de Cassia gracias a la policía y a la llamada que jamás se cortó, encontramos la propiedad donde Adrik la había retenido. Una vieja casa de la familia... de mi bisabuelo, para ser exacto.
Ni siquiera se me había pasado por la mente revisar esa propiedad; decir que recordaba que existía sería mentir. Pero ya veía por qué Adrik había escogido ese escondite.
Para él había sido el lugar perfecto.
Cuando entramos y logramos dar con el paradero de Cassia, no pude evitar paralizarme en medio de esa horrible cocina.
Mi mundo se oscureció de pronto, enfocando solo dos figuras frente a mí; Adrik, tendido en un charco oscuro y creciente, y Cassia, un par de metros más allá, encogida sobre sí misma. Ni siquiera se movía; era como si no hu