Gema
Salimos de la sala después de la ceremonia. Bel comenta con entusiasmo:
—¿Has sentido eso? ¡Es como si la magia misma te recorriera hasta los huesos!
Aún siento cómo la magia del juramento recorre mi cuerpo, dejándome un hormigueo que me hace sonreír sin poder evitarlo ante la idea de formar parte de algo.
Asiento, aún absorta en la sensación, cuando nos encontramos con Kai y Ralik en el pasillo.
Los chicos nos felicitan y, tras un rato de bromas y risas, Kain dice:
—Bueno, ahora que sois miembros oficiales de la Orden, ¡vamos a celebrarlo!
Justo entonces, Leonardo sale de la sala y escucha la conversación. Lo veo fruncir el ceño y lanzar una mirada extraña a Kai. Me desconcierta: su gesto es raro, casi... enfadado. Me pregunto qué pasa, aunque intento no mostrarlo.
Bel, ajena a la tensión que se forma, se gira hacia Leonardo con su sonrisa traviesa:
—Vamos a salir a tomar algo, ¿te apuntas?
Antes de que pueda interceder, Leonardo interviene, con voz firme y un dejo q