—Joanne —reaccionó Matthew y colocó todos los vasos de agua sobre la mesa del centro—. Joanne, ella es Alessia, una compañera de la empresa…
Su hija examinó a Alessia de pies a cabeza.
Alessia lamentó decidir usar ese día los zapatos más viejos que tenía, pero eran los más cómodos y sus favoritos.
»Alessia, mi hija mayor, Joanne.
—Mucho gusto —se adelantó Alessia a saludar y extendió la mano.
Joanne miró la mano de la joven, luego a su padre, después a los niños que seguían jugando en la sala y, por último, a la cara de Alessia.
—Ajá, como sea.
Y, sin estrechar su mano, se giró para dirigirse a la cocina.
»Papá, ¿puedo ir a casa de Melanie?
La pequeña trigueña desapareció en la cocina. Su padre se apresuró a seguirla.
Alessia inhaló hondo, bajó la mano y tomó asiento en el sofá para ver a Lea jugar con Emery. Intentó sonreír mientras su hija le mostraba algunos de los juguetes de Emery, eran caros y probablemente a ella le costaría mucho comprar unos iguales, pero podía hacerlo. Era un