LARS
¿En qué pensaba Ulrik?
Se me saltó el corazón en el pecho cuando contemplé la ira pintar la cara de mi padre, pero al mismo tiempo sentí raro al ver que Ulrik conservaba una expresión bastante serena, como si lo que acababa de decir fuera nada.
—¿Qué demonios acabas de decir, niñato? —Papá frunció el ceño, con la intención de matarlo ahí mismo grabada en su semblante.
—Tal parece que está sordo, señor Arenberg. Debería ir pensando en comprar unos audífonos —comentó el moreno y sonrió.
Estaba relajado, como si esto no fuera con él.
—¿Es que acaso tus padres no te enseñaron a respetar, chiquillo? —espetó mi madre, apretando las manos con fuerza, tanto que sus perfectas uñas se le clavaron en la palma.
La cara le enrojeció de golpe y me preocupé, porque era propensa a enloquecer si la molestaban, y de alguna manera Ulrik siempre lo conseguía. Bueno, tenía sus motivos.
—Mis padres me enseñaron las normas de cortesía y el decoro, señora Arenberg —comentó Ulrik con tono tranquilo—; sin