LARS

Toda esta situación me tenía harto.

Pude oír los pasos tras de mí, y sabía que se trataba de Ulrik. No sé por qué, pero era él, mi fuero interno me lo decía; sin embargo, no quería tener nada que ver con él. ¡Ya estaba harto! Maldita sea, ¿qué le pasaba al estúpido de Malek? ¿Quién se creía ese tipo?

De repente, me vi detenido, y al encontrar el rostro del moreno, cerca de la entrada de la propiedad, le dije sus cuatro verdades. Estaba hasta la coronilla de su presencia. ¿Creían que quería algo con él solo porque me encontraba trabajando aquí?

—¿No estás con tu querido Malek? ¡Ese maldito te está celando como si fueras su perra! ¿Que no te das cuenta? Y yo no vine aquí para esto, Ulrik, sino para trabajar, así que apriétale la correa.

En mi arrebato no medí mis palabras, no tenía salvación con eso, pero no importó. Necesitaba sacarlo.

Él frunció el ceño, al parecer no entendiendo del todo mi mensaje, y la extrañeza llenó toda su expresión.

—No entiendo de qué hablas. Él y yo no s