LAURA
—¿Me amenazas, señorita? — pregunto risueña
— Vamos, solo los he visto en mi imaginación, en las novelas perversas que leo, y he tocado solo el de Joshiel. Pero sé que el de Bryan es mágico.
— Está dentro de los estándares normales. ¡Ok! ¡Satisfecha!
— ¿Solo así? Creí que me lo describirías de arriba abajo. ¿Sabes? En mi opinión, lo importante de un pene es a quién va pegado. Qué tan sexy es el portador. No es lo mismo hacerle el amor a Bryan que a uno de sus parientes o a un desconocido. Se puede disfrutar del sexo, incluso teniendo un pitito, un pepino o uno de esos extraños medio torcidos, ¿verdad? Pero siempre terminas disfrutando más cuando existe amor y esa atracción que te acalambra todo con solo verlo —se estremece y suspira.
Me quedo en silencio, sorprendida por su descaro, pero al mismo tiempo, algo fascinada por su visión tan abierta y sin tabúes.
— Parece que sabes mucho de esto — le digo.
— Bueno, estudio medicina y tengo que investigar —se ríe—. Aunque en este camp