Capítulo 48

Luego de dejarle las cosas a la madre de Karina, se fue directo al hospital. Lo primero que le informaron fue que la taquicardia no había vuelto. Confundida, le preguntó a la enfermera a qué se refería.

La mujer le contó, muy por encima, lo que padeció la paciente la noche anterior.

Ariana apretó los labios. Se le apretujaba el corazón al imaginar la desesperación de su amiga.

Anhelaba escuchar su voz, que volvieran a platicar de cosas banales: sobre algún programa de televisión o un peinado de moda. No lograba procesar la idea de verla postrada en una cama, con los labios partidos en lugar de rojos y cremosos. Su rostro pálido, enfermo, sin colorete, sin sombras coloridas que resaltaran sus hermosos ojos.

Ariana la observó inconsciente. Daría lo que fuera con tal que su recuperación fuera más rápida.

En un vasito de vidrio, que compró en una tienda de conveniencia, puso las tres rosas que consiguió de camino al hospital.

―Eres una mujer fuerte. Vas a ponerte bien ―le dijo,
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App