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InicioEn mis sueños
En mis sueños

En mis sueñosES

Romántica
maracaballero  Completo
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Resumen
Índice

Sinopsis

MatrimonioDulceInteligentePosesivoProtectorControladorodio amar

Mila y Maximiliano se han encontrado por azares del destino, se enamoraron, se prometieron un futuro juntos, pese a que ambas familias estuvieran en contra. Un accidente cambia sus caminos, pero todo como toda aquella persona que tiene predestinada para si, en algún punto del camino, se volverán a encontrar, en el caso de ellos con medias verdades y un rastro de mentiras, intentando ambos encontrarse, aunque uno haya olvidado como regresar a casa.

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Último capítulo

  • Capítulo 31. Epílogo

    M I L AAños después...Los acontecimientos anteriores, las verdades ocultas, así como las mentiras a medias, habían salido finalmente a la luz y esclarecido. Raymond había sido cómplice de Carla, a la que quería como madre, pero al final, solo descubrí que era mi tía. Había finalmente hablado ese día en la habitación de Raymond, estaba cansada de seguir guardando culpa por lo que me hizo, a nuestro bebé, a mí y a Maximiliano, entendí por qué de su actitud,intentó hablar, pero Raymond, siempre la persuadía, ahora, ambos están pagando el precio de sus mentiras, un juez había hecho justicia alejado de la influencia de Raymond.Maximiliano había dado con algo muy importante: latumba dónde descansaba mi madre,tenía un lugar dónde poder co

  • Capítulo 30. Final

    M A X I M I L I A NOMila dobla su ropa cuidadosamente en su maleta, al ver que la estoy viendo, sonríe.―Ya solo falta lo del baño y listo, podemos irnos.―asiento, el personal ya estaban alistando todo para regresar a la ciudad, después del susto de anoche, necesitaba revisar que Mila estuviese realmente bien y yo mi rodilla, no había podido bajar la hinchazón, y eso me tiene preocupado. Tenía que estar bien para ella, para mí, para nosotros.―Me gustaría hacer algo. Solo tú y yo...―Dime...―ella se acerca, repasa mi rodilla y veo su frente arrugarse.―Sigue más hinchada, lo bueno que regresamos a la ciudad...―luego me mira, recordando que me estaba diciendo algo.―Quisiera hacer algo, mostrarte mi mundo, lo que he hecho en estos dos años... ¿Qué te parece?―No quiero sonar que quiero arr

  • Capítulo 29. Enamorada

    M I L AHabíamos regresado a la cama, en silencio, lo necesitábamos, no recuerdo en que momento de la madrugada me quedé dormida; la luz ya entraba por las ventanas del camarote, se escuchaba a lo lejos las gaviotas y el movimiento del catamarán se mueve arrullando a cualquiera, siento el frío de la cama, abro mis ojos y veo que Maximiliano no está a mi lado, recuerdo lo de hace horas atrás, el corazón se me estruja. Yo llevaba a nuestro hijo y el accidente nos lo había arrebatado, aunque aún faltaban recuerdos, tenía esperanza de poder recordar y algo en mi interior, reclama justicia.― ¿Maximiliano?―me despierto por completo, me levanto y busco en el cuarto del baño, pero no está, se ve que se ha bañado, no veo la silla de ruedas, señal de que está en algún lugar del catamarán. Me pongo un cambio, de

  • Capítulo 28. Un dolor que no se olvida

    M A X I M I L I A NOMis dedos acarian la piel desnuda de Mila, quien está dormida a mi lado, con su rostro recargado cerca de mi corazón, su mano descansa sobre mi estómago. Suben y bajan lentamente como un arrullo. El dolor de la rodilla había cesado después de tomar el medicamento, con cuidado, hicimos el amor, no nos había detenido el que mi rodilla estuviese alzada, una sonrisa escapa de mis labios, el catamarán se mueve en un arrullo constante por el mar, por un momento peleo para evitar cerrar mis ojos, no quería dormir, dentro de mí tenía temor de que todo lo que habíamos hecho, que su presencia, sus besos, sus caricias, solo fueran un sueño demasiado bueno, había pasado por tantas situaciones que por un momento había perdido la esperanza de tenerla a mi lado.―No quiero dormir...―susurro para mi mismo.―No quiero despertar

  • Capítulo 27. Una segunda oportunidad

    M I L AUn escalofrío me recorre de pies a cabeza cuando mis labios caen sobre los de Maximiliano, mi piel se eriza a un grado que me consterna, me separo un poco de nuestros labios y sus ojos aún siguen cerrados, sus labios enrojecidos, los entreabre para tomar aire.Un destello de recuerdo llega a mí en ese momento, es su rostro, no tiene barba, su cabello se pega a su piel por el sudor, mientras se mueve sobre mí, es un recuerdo muy caliente, sus labios están húmedos, se inclina hacia a mí y deja un beso, pero es un beso posesivo, de esos que no quieres que terminen, tira de mi labio y acelera más su embestida, el destello se evapora en la nada, cuando reacciono, Maximiliano me está observando.― ¿Estás bien?―mi cuerpo reacciona como un imán con su cuerpo, mis labios regresan a los suyos y poco a poco lo intensifico, él i

  • Capítulo 26. Una noche

    M A X I M I L I A NOMarco y el resto del equipo de seguridad me ayudan a subir al catamarán, Mila carga su pequeña maleta, noto que está temblando.—Espera…—le hago señas a Marco para que me entregue la frazada de hilo que está en uno de los sillones, estaba empezando a sentirme frustrado por no poder hacer las cosas por mí solo, le señalo a Mila discretamente, Marco le entrega la frazada y Mila se sorprende.—Gracias, hace frío…—sonríe.Me había puesto de mal humor, pero no lo mostraba, no quería hacer que Mila se arrepintiera en haber venido.—¿Es todo señor? —pregunta Marco con tres personas más, asiento, —Buenas noches. —el personal se retira, no los necesitaba si íbamos a regresar por la mañana para desayunar en el mu

  • Capítulo 25. Una invitación

    M I L AEl toque de la puerta me saca de mis pensamientos, mis tripas gruñen y es un recordatorio que es el servicio a la habitación, me levanto con el pijama y las calcetas de figuras de colores, llego al mueble que está cerca de la entrada y busco en mi bolso propina para el mesero, era demasiado tarde y la cocina ya estaba cerrada, así que un extra por el gesto de hacerme cena no estaba de más.Vuelven a tocar.—Voy...—abro la puerta y abro los ojos con sorpresa. —Maximiliano…Es él.Está en una silla de ruedas con la pierna levantada.—Hola, Mila, —me da un repaso discretamente. —¿Estabas dormida? —arruga su ceño, luego niego a toda prisa, le abro más la puerta para que pueda entrar con la silla de ruedas, presiona un botón y esta se mueve según &

  • Capítulo 24. Frustración

    M A X I M I L I A NOHan pasado dos días desde que Mila se ha ido de la casa de campo de mi hermana, mis padres se han mudado temporalmente a este lugar para estar más cerca de mí, mi hermano va y viene, intentando ayudarme en lo que pueda, Lauren tenía que seguir trabajando para no levantar sospechas.— ¿Qué piensas?—pregunta mi madre a mi espalda, estoy sentado en el jardín, con mi pierna en lo alto amortiguando con un cojín de tejido, suelto un largo y cansado suspiro, ella se sienta a mi lado, da un sorbo a su taza de café.—En ella.—digo sincero, ella suaviza su rostro, baja la mirada a su taza con caricaturas, típico de Lauren, era una obsesión coleccionar tazas, miro a mi madre.—Temo de que no regrese a mí.—Ella regresará, ella...—su voz se quiebra.&m

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31 chapters
Capítulo 1. Un accidente
En mis sueños/maracaballero
 Años atrás.Seattle. E.U.  La noche era fría y empezó a llover, Maximiliano tomó del codo de Mila y le ayudó a subir al Bentley.—Espera. ¿Qué te pasa? —preguntó Mila al ver a Maximiliano con su quijada tensa y sus ojos centellando rabia.Maximiliano ignoró su pregunta, cerró la puerta, rodeó el auto hasta llegar a su lugar, encendió el auto y arrancó a toda velocidad provocando que ella se recargara al respaldo de su asiento.Después de varios minutos de silencio ella habló.—Voy a volver a preguntar, Maximiliano. ¿Qué es lo que pasa? —Maximiliano se giró un poco para mirarla al mismo tiempo que se detuvo en el semáforo en rojo.— ¿Fue muy agradable la conversación con el hijo del embajador? —Mila entendió e
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Capítulo 2. Dos años después del accidente...
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M A X I M I L I A NO —Señor Rogers, el auto está listo. —Levanto la mirada al escuchar la voz de Marco, está de pie frente al escritorio con sus manos al frente y entrelazadas.—Ya estoy terminando—miro la hora y puedo sentir como mi corazón se acelera— ¿Estamos a buen tiempo? —Marco arquea una ceja sorprendido. Asiente lentamente luego baja la mirada a su reloj.—Tenemos diez minutos extras, por si quiere...—duda en seguir y el sonrojo llega a sus mejillas—usted sabe. Asiento en silencio. Me levanto de mi silla con cuidado, tomo mi americana y le entrego mi maletín, salimos del edificio, el auto espera con Scott y la puerta abierta. Entro y me acomodo en el asiento, estoy nervioso. Marco se reincorpora en el tráfico de Washington, el clima es agradable y las nubes amenazan con estropearlo.Tomo mi móvil y llamo a mi
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Capítulo 3. Familiaridad
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M I L A "Sus labios recorren mi piel, centímetro a centímetro, mi piel se eriza al grado de obtener un dolor placentero, siento como la humedad se hace presente en mi centro. Mi cuerpo tiene vida, me retuerzo, gimo, jadeo y vuelvo a retorcerme entre las sábanas de la cama.—Eres exquisita, Mila...—su voz es ronca y sexy, sus labios encuentran mi humedad en mi sexo y comienza a jugar con su lengua.—¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío!—las sensaciones que produce son indescriptibles, el calor sube y después se arremolina en el centro de mi vientre, estoy a punto...—Solo dime tu nombre...—Soy yo, t.…—y cuando está a punto de decir su nombre, llego a mi clímax..." Despierto de golpe, sentándome como un resorte mientras el sudor se desliza por mi piel, cier
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Capítulo 4. Regresar a casa
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MAXIMILIANO Cierro la puerta doble de cristal detrás de mí, el corazón me martillea con fuerza a punto de salir de mi pecho. ¡Hemos hablado! La piel se me ha erizado cuando su mirada me siguió desde que me puse de pie hasta que llegué a ella en la barra.¿En serio, Rogers? ¿Los mejores gofres? Mierda, pude haber dicho más, Marco me espera en la acera, murmura algo en su manga del saco, se presiona el chícharo (Micrófono) que tiene discretamente en el oído.—Señor Rogers, tenemos problemas—el maldice entre dientes por lo bajo, miro en su dirección, un auto blindado está estacionado en la esquina de la calle, hay un hombre de seguridad que espera afuera del auto, se inclina para escuchar algo y luego camina hasta nosotros.—Buenas días, señor Rogers, el señor Davis quiere hablar con usted—me se&nt
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Capítulo 5. Un recuerdo
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M I L A Cierro la puerta de mi auto, agarro con fuerza la caja de regalo junto con mi bolsa de mano, me encamino hasta las puertas altas de roble, trago saliva, tomo aire lentamente para tranquilizar mi corazón agitado. No me gusta venir a casa de mis padres, siento un nudo en medio de mi estómago y no entendía el motivo. Mi dedo tembloroso toca el botón del timbre, puedo usar las llaves que me habían entregado el año pasado, pero no estoy segura de querer hacerlo. La puerta se abre interrumpiendo mis pensamientos, pongo una sonrisa fingida.—Buenas noches, señorita Davis, la están esperando en el gran comedor—la mujer morena me invita a pasar, agarra mi abrigo y no avanzo más allá del recibidor, ella arruga su entrecejo. — ¿Se encuentra bien, señorita Davis? —afirmo intentando mostrar serenidad, pero fallo.— ¿Ha llegado mi madr
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Capítulo 6. Una promesa
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MAXIMILIANO — ¿En el muelle? ¿Estaba sola? —el nudo en medio de mi estómago crece provocando que me tense más rápido, me levanto de mi cama y me siento en la orilla, enciendo la lámpara que está en mi mesa de noche. —Te espero en el despacho para que me informes cada detalle.Cuelgo el móvil y miro perdido en algún punto de la alfombra. ¿Qué estaba haciendo Mila en el muelle a estas horas? Miro el reloj que se encuentra a un lado de la lámpara: 1:38 am. Ella debe de estar durmiendo normalmente. ¿Habrá pasado algo? Me levanto como un resorte y busco una camiseta de algodón, salgo de la habitación y bajo las escaleras. Llego a mi despacho y encuentro a Marco en el móvil preocupado.— ¿Qué mierdas hacia Mila en el muelle a horas de la madrugada? —espeto furioso y preocupado al mismo tiempo.
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Capítulo 7. En mi sueños
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M I L A "—Abre la boca—susurra cerca de mi oído, lo hago lentamente—buena chica, chupa—y hago lo que me pide, el líquido se derrama de entre mis labios, una risa ronca sale de su pecho haciendo que vibre de pies a cabeza. Me acomoda en la oscuridad el antifaz.—Está rica la fresa—pasa su lengua por el lóbulo de mi oreja y luego chupa, me estremece. Mi espalda se arquea a esa sensación, comienzo a sentir la humedad. — ¿No puedes quitarme el antifaz? Está igual de oscuro...—Me encanta como te retuerces a mis caricias. Mi dulce, Mila, pero tengo una duda—ronronea cerca de mi oído nuevamente ignorando mi pregunta— ¿Cómo sabrás? Quiero deleitarme con tu sabor, ¿Puedo?Asiento mientras tiro de las esposas al sentir como sus labios bajan por la curva de mi cu
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Capítulo 8. Amor a primera vista
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M A X I M I L I A NO Mi mirada se queda perdida en el móvil que tengo en mi mano.— ¿Qué he hecho? —mi mano tiembla, el sudor sigue abrazando cada centímetro de mi cuerpo, después el amargo sabor de la pesadilla. Cierro los ojos mientras sigo intentando controlar mi respiración, es como si hubiese corrido un gran maratón, mi garganta está seca, segundos después un escalofrío me recorre de pies a cabeza. Aprieto el agarre del móvil.—No, no te he perdido aún, definitivamente no, Mila. Estás respirando, estás viva, no muerta, no como ha sucedido en mis sueños. Estás viva, ¡Tú, estás viva! —me levanto y con un fuerte movimiento estrello mi móvil contra la pared. —¡¡ESTÁS VIVA!! ¡¡NO MUERTA!! ¡¡NO ESTÁS MUERTA!! ¡&
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Capítulo 9. Desvío
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M I L A Llego a mi departamento, durante el trayecto no ha dejado mi mente de repetir la llamada de hace una hora, la voz del otro lado de la línea, la respiración agitada. Cierro los ojos cuando me dejo caer en el sofá de la sala. Estoy a oscuras. Pensando en todos esos sueños eróticos, todas esas noches que despertaba temblando como una hoja de papel, cerraba los ojos ansiosa por regresar a sus caricias, a sus susurros cerca de mi oído.— ¿Quién eres? —agarro el móvil del interior de mi gabardina al mismo tiempo que me quito los zapatos y subo los pies al sofá, me abrazo con una mano mis piernas, dejo caer mi barbilla en las rodillas y con la otra mano sostengo el móvil, miro la llamada, así como el detalle de la hora. Me acomodo en el sofá y me hago un ovillo sin soltarlo, cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño."
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Capítulo 10. Es ahora...o nunca.
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M A X I M I L I A NOMomentos antes...—Entonces la junta el día de mañana a las nueve se retoma, tengo que salir—comento a Helena quien está tomando todas las carpetas que están sobre la superficie de la mesa. Eran las siete de la mañana y acabamos de tener una reunión de emergencia. Ya se han retirado los de finanzas y parte del equipo de proyección. Helena me mira al ver que no me levanto de mi asiento.— ¿Está todo bien? —dice mientras se abraza las carpetas a su pecho. Asiento en silencio, intento mostrar una mueca, pero ni eso puedo hacer. Bajo la mirada a mis manos cubiertas de vendas. — ¿Vas a decirme que ha pasado en tus manos?—Estoy bien—digo secamente intentando comp
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