—¿Confusión? Hoy traje a Clarissa solo para compartir una comida con los abuelos, no me importa si ustedes están de acuerdo o no —dijo Giovanni, saliendo junto a Derek del despacho.
Derek se notaba tenso, muy molesto, como si la charla no hubiera terminado bien.
Giovanni, en cambio, seguía igual de tranquilo, como si nada hubiera pasado.
Caminó directo hacia Clarissa. Su mirada, que hasta ese momento parecía distante, cambió por completo cuando la vio. Se llenó de tanto cariño que parecía otra persona.
Silvia, que observaba desde un costado, se quedó sin palabras. Nunca había visto a su hijo mirar así a alguien. Esa ternura en sus ojos no se la conocía.
Clarissa seguía sintiéndose algo insegura, pero se calmó apenas lo vio. Ese cruce de miradas le dio una sensación tan cálida en el pecho que lo único que quería era estar cerca de él.
Giovanni volteó a ver a Roger, y la dulzura desapareció. Sin mostrar emoción alguna, lo miró fijo, lo agarró del cuello del suéter y lo levantó sin esfuer