Giovanni se enfrentaba a Silvia y Derek como si no fueran sus padres, sino simples desconocidos.
—Vaya, así que la señora Silvia también sabe que cuando volví a casa a los diez años, ya tenía mi carácter bien definido.
—Si sabes que no siento nada por ti, ¿por qué insistes en meterte en mi vida para demostrar tu ridícula "maternidad"?
La actitud de Giovanni dejaba claro que no le importaba lo que pensaran Silvia ni Derek. Se notaba su burla, como si ni siquiera valiera la pena que se tomara en serio su presencia.
—¿Hace falta que les recuerde cómo fue que me dejaron tirado?
Su mirada era vacía, como si ya no le importara nada de lo que sucedía en ese momento.
Silvia no pudo aguantarlo y cayó al suelo, llorando sin parar.
Giovanni se quedó allí, mirándola, como si no estuviera realmente interesado en lo que estaba pasando. En sus ojos había una mezcla de ironía y desapego.
La falta de cariño de Giovanni hacia Silvia y Derek tenía una razón muy profunda.
Pocos sabían que Giovanni había d