—¡Ni siquiera me escogiste como amante! ¿Por qué, Luca? ¡Tú lo sabes! Aunque solo hubiera sido para eso, yo lo habría aceptado. ¡La familia Valero también podía darte lo que necesitabas! ¡Pero fuiste directo con Giulia! ¿Qué significa eso? ¿Todos estos años tragándome el orgullo, para qué? ¡Me convertiste en un chiste!
—Tatiana, te lo dije hace rato: lo nuestro fue solo un juego. Y tú lo sabías, lo aceptaste. ¿Ahora vienes a reclamar? —dijo Luca, ya harto.
Estaba borracho, la voz ronca, llena de desprecio.
—¡Pero por Giulia haces locuras! —le gritó Tatiana, fuera de sí, con la mirada clavada en él como si quisiera matarlo.
—Acepté lo de Clarissa. Al final, era tu amiga de toda la vida, guapa, brillante. Lo entendí. ¡Pero a Giulia? ¡Te divorciaste por ella, te sacaron del Grupo Ferrucho por ella! ¡Eso no te lo voy a perdonar! Si podías estar con Giulia, ¡¿por qué no conmigo?!
—Porque no hay nada que perdonar, Tatiana. ¿No te quedó claro? Estuve contigo solo porque me convenía. Te usé, p