Gran madre de la vida, disgustada por los libertinos gustos de su hijo que no le molesta ser las "sobras" de una mujer casada, como bien dice ella; se tomó las molestias de venir ante la presencia de esa desubicada mujer que para su desgracia, es su querida yerna.
Yo soy esa yerna y tenía mucha razón en mi momento al detestar a la mismísima vida después de que mi amiga fuera atacada por un grupo de vándalos, ella misma busca mi desprecio y alimento ese odio que algún día existió en mi corazón pero que fue borrado con tal de darle una segunda oportunidad para cumplir el capricho de su hijo, la muerte.
Dudo mucho que sea un joven, más su espíritu es de un hombre inexperto en muchos aspectos de la vida. Irónico, teniendo en cuenta que su madre es la mismísima diosa de la vida.
¿Que tan lamentable podría ser ella como madre?
No soy conocedora de ello, solo logro conocer sus grandes habilidades para jugar reflejadas en esas cuatros de diez rondas ganadoras que lleva hasta el momento, en