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Emma:

La cena transcurrió normalmente, todos nos sentamos en el comedor, mis padres estaban en la cabecera de la mesa y mi madre y hermanos a su lado, mientras que yo, estaba frente a los tres, desde que empezó la cena Mika y Carlo no han parado de verme, se que están un poco molestos conmigo porque no les dije que iría a New York con Axel, pero no es mi culpa, simplemente lo olvidé.

—Me alegra mucho que les esté yendo bien en sus cosas -mamá sonrió.

—Admiro sus trabajos —papá Julian siguió comiendo—, espero que en un futuro les vaya más que bien.

—Así es —continuó papá Jamie con una sonrisa mientras tomaba la mano de mamá sobre la mesa—, ya saben que cuando quieran, pueden venir a esta casa, son bienvenidos.

—Muchas gracias señor Allen —Carlo sonrió ampliamente.

—¿Se han portado bien con mi hija? —papá Julian preguntó en un tono bastante tranquilo mientras cortaba la carne de forma pausada.

—Por supuesto —Habló Mika, el se lleva muy bien con mi papá—, cuidar a nuestra Rosita es una de nuestras prioridades.

Y follarme, claro está.

—No entiendo —intervino Nicole— ¿Por que le dicen bonita?

—Es un apodo que le colocó Axel al inicio —Carlo le sonrió a mi hermana—, luego lo adoptamos nosotros y siempre la llamamos así.

—Es porqué ella es como una Rosa, delicada, bonita, perfecta. 

Le sonreí a Axel por sus palabras.

—Espero que se porten bien con mi hija —Papá Jamie los miraba un poco serio—, ella es lo más valioso que tenemos, a parte de nuestros dos hijos más y mi esposa... Sólo espero que sigan así y la sigan tratando como se lo merece.

—Si la lastiman aunque sea una vez, seré capaz de romperles las piernas —papá Julian sonrió—, confío en ustedes.

—Papá por favor... No es necesario que los amenaces —rodé los ojos.

—No es una amenaza, es una advertencia que es diferente —me sonrió con picardía.

Seguimos cenando más que a gusto, mis papás siguieron hablando con mis super tres, mi papá Julian volvió a tocar el tema de los deportes y los tres le sonreían y lo apoyaban en su conversación sobre ello.

Ya después terminada la cena, probamos el postre de Axel y lo elogiaron por supuesto, a mis padres les encanta el postre. Más tarde ayudé a mamá a recoger la mesa junto con Carlo.

—Listo mami, ya es hora de irnos.

—Esta bien mi amor —me abrazó—, cuando llegues a New York, por favor, llámame o envíame un mensaje ¿Cuántos días estarás allá?

—No lo sé —reí—, creo que una semana, Prometo llamarte cuando llegue allá.

Ella asintió y salimos a la sala donde estaban los tres charlando un poco más con mis padres. Me alegra saber que les cayeron bien, ahora saben que ellos son unos buenos hombres y que me hacen muy feliz.  Me despedí de mis padres y hermanos, quedamos en que dos semanas celebrarían el cumpleaños de papá Jamie y por supuesto que los invitó, salimos de la casa y Carlo se subió al auto de Mika y se fueron, yo me subí al de Axel.

—Creo que están molestos conmigo..

—No lo creo —rió—, vamos a tu departamento para que recojas tu maleta y cosas —asentí—, yo iré al mío y pasaremos la noche en el departamento de Mika.

—¿En serio? —pregunté emocionada y el asintió.

Manejó hasta el edificio donde vivíamos, estacionó el auto y subimos al ascensor, el se quedó en su piso y yo subí al mío, entré a mi departamento y busqué mi maleta, por suerte estaba hecha, ahí llevaba suficiente ropa y unos regalos para la familia de Axel, estaba emocionada por conocer a su familia, siempre me han gustado las familias numerosas. Recogí todo y salí de mi departamento con la maleta, Axel me envió un mensaje para decirme que me esperaba abajo, al hacerlo, me ayudó con la maleta y subimos de nuevo al auto; manejó hasta el departamento de Mika, ya había estado aquí anteriormente, pero siempre me sorprendía, lo enorme y elegante que era el departamento de Mika, era más elegante que un penthouse.

Axel dejó las maletas en un lado del departamento y camine hasta la sala, todo estaba un poco oscuro.

—¿Se habrán ido a dormir? —murmuré.

—No.

Di un respingo al escuchar la voz de Mika detrás de mi, cómo todo estaba oscuro no podía verlo.

—Me asustaste amor.

—No quería hacerlo.. —lo sentí detrás de mi, acarició mis brazos hasta llegar a mis hombros, luego dió un pequeño beso en ellos—, me parece injusto que te vayas a ir mañana bonita, pero me parece más injusto que no me lo hayas dicho.

—Lo siento ¿Si? Lo había olvidado por completo —susurre. 

—Está bien —besó mi cuello—, vamos a mi habitación ahora...

Me tomó de la mano y subimos hacia su habitación, el departamento estaba en completo silencio, no sabía dónde estaban Carlo y Axel. Al llegar, me paró a un lado de su enorme cama, en su habitación había poca luz pero podía verlo claramente, no traía su saco puesto y lentamente fue abriendo cada botón de su camisa hasta dejar su torso desnudo, con solo verlo mi cuerpo se estremecía, se posó frente a mi y sus ojos recorrieron mi cuerpo de arriba a abajo, sentí un ligero olor a alcohol salir de su boca y me encantaba.

—¿Sabes de qué me enteré bonita? —su voz era un poco baja y algo ronca, negué a su pregunta— que no llevas bragas puestas.

De inmediato sentí el calor en mi rostro y Mika pasó sus nudillos sobre mi mejilla.

—Se que Carlo te las quitó cuando te folló en el baño —se metió la mano en el bolsillo y sacó mis bragas para mostrarmelas, la sostuvo en sus manos y la pegó a su nariz aspirando el olor de ellas—, me encanta el olor de ti en ellas.

Estaba completamente aturdida por las palabras de Mika, se que es directo pero jamás había hecho algo así.. me pareció muy excitante.

—Esto estorba un poco bonita ¿No crees? —sus manos se posaron en el medio de mi pecho— se que no llevas brasier porque desde aquí puedo ver tus ricos pezones —se relamió los labios y lo mordió, lentamente fue abriendo mi vestido hasta dejarlo en el suelo, quedando completamente desnuda ante el—, no sabes cuánto amo tu cuerpo.

Una de sus manos acariciaba mi espalda desde arriba hacia abajo hasta llegar a mi espalda baja, tomó mi trasero y lo apretó salvajemente, su otra mano paseó desde el valle de mis senos hasta mi abdomen, luego la bajó hasta mi intimidad para rozar sus dedos por mis pliegues, solté un gemido al sentirlo ahí, quise cerrar los ojos pero no quería perderme en la intensa mirada azulada de Mika.

—Estás mojada Emma, eso es muy rápido y eso... Que ni siquiera he empezado —susurró sobre mis labios.

Sus manos se posaron detrás de mis muslos y me alzó, enrollé mis piernas en su cintura y el se subió encima de la cama, gateó conmigo en sus brazos y me acostó sobre la cama, tenía las piernas abiertas y el estaba entre ellas. Se quitó el cinturón y con una de sus manos tomó las mías para juntarlas, rodeó el cinturón en mis muñecas dejándolas inmovilizadas.

—Mika ¿Que haces?

—Cumpliendo una de mis tantas fantasías bonita —sonrió de lado para después tomar mis manos y subirlas por encima de mi cabeza, luego comenzó a atarlas a la cabecera de la cama—, estarás quieta ¿Verdad bonita?

—Si señor..

Soltó un "ufff" y después se bajó de la cama, caminó hasta su enorme closet y regresó hasta mi, se volvió a subir encima de la cama, ví que traía una corbata en las manos, se acercó a mi para tapar mis ojos, luego se volvió a bajar.

—Mika.. —suspiré.

Sus manos pasaron por mi cuerpo sin disimulo alguno, luego sentí algo entre mis piernas que hacía un pequeño zumbido.

¿No será...? No no creo.

Me abrió más las piernas y sentí como algo era introducido en mi intimidad, era frío y lacio. Luego mi cuerpo se estremeció cuando sentí las vibraciones dentro de mi, Mika estaba usando un vibrador en mi.

—¡Joder! —mi voz salió en un grito agudo, las vibraciones dentro de mi aumentaban aún más, jamás había usado un vibrador en mi vida, cuando intenté usarlo, Tom se burló de mí porque le parecía tonto que lo usara, ya que según el, no iba a causarme placer.

Apreté las piernas buscando más fricción pero no funcionó porque Mika me abrió las piernas, sacó el vibrador de mi y me frustré, pero al menos me iba recuperando del desastre que estaba haciendo en mi.

Di un respingo cuando sentí como estaba pasando un hielo desde mi cuerpo hasta mi vientre y algo líquido sobre mi cuerpo, el olor a chocolate llegó hasta mi nariz, todo estaba siendo esparcido por mi cuerpo desde mis pechos hasta mi intimidad.

—Mika.. quítame esto de los ojos —pedí desesperada.

No me hizo caso, después sentí un enorme peso en la cama y muchos ruidos, después me di cuenta que tres pares de manos estaban acariciando mi cuerpo, Carlo y Axel habían estado aquí observando como Mika usaba el vibrador en mi. A medida de que ellos seguían tocando mi cuerpo mi excitación aumentaba más y más.

Pero después, alguno de ellos empezó a lamer mi intimidad haciéndome gemir sonoramente, no sabía quién era, lo que si quería ahora era que no se detuviera, así que con mis piernas lo metí mas a mi intimidad logrando que su boca chupara mi intimidad salvajemente y quitando todo el chocolate que había ahí, su lengua hacia círculos sobre mi clítoris y daba grandes lametones desde mi entrada hasta mi clítoris.

Luego mis senos fueron atacados por otra boca que succionaba y tiraba de mis pezones, los apretaba con deseo mientras que yo estaba tratando de no perder la cordura en este momento. Una mano sostuvo mi mentón y sentí su pulgar sobre mis labios, el olor a chocolate estaba sobre el así que abrí mi boca para lamerlo y chupar todo ese chocolate que había en el. Cuando creí que se detendrían una enorme polla se posó sobre la comisura labial, su glande rozaba mis labios pidiendo permiso para entrar a mi boca, saqué la lengua para saborear el chocolate sobre éste, de una estocada entró a mi boca y mi boca cubrió toda su enorme longitud.

La sensación de mi cuerpo experimentando todas éstas sensaciones se sentía tan malditamente Delicioso, estaba tan bien y ellos sabían cómo generar estragos en mi, al igual que darme todo ese placer que solo ellos saben darme.

Después de un rato de que los tres me dieran esa descarga de placer, se detuvieron y obviamente me frustré, mi cuerpo estaba pegajoso pero no me molestaba en lo absoluto, solamente quería que siguieran dándome placer. Mis caderas fueron alzadas y mi cuerpo siendo girado sobre la cama, por suerte no estaba incómoda. Mi intimidad quedó más que expuesta a ellos ya que quede con las piernas abiertas para después sentir unos azotes sobre mi trasero, no eran bruscos pero si sentí como la piel de mi trasero estaba empezando a calentarse. Fueron varios azotes hasta que se detuvo, me soltó quien haya Sido y me quitó el cinturón de mis muñecas, yo misma me quité la corbata de Mika de mis ojos. Me encontré con los tres en boxers, me perdí de ver a Carlo y Axel desnudarse frente a mi.

—El chocolate es delicioso —Axel se acercó a mi rostro—, pero en tu cuerpo lo es aún más, ahora te vas a levantar de ahí y vas a ponerte de pie ¿Lo harás bonita?

—Si señor..

Estaba completamente perdida en la mirada de Axel sobre mi, el sonrió por mi respuesta e hice lo que me pidió, me levanté de la cama y me coloqué de pie, Carlo me tomó de la barbilla y alzó mi rostro para verlo mejor, me encantaba que hicieran eso o que me tomaran del cuello pero sin llegar a lastimarme.

—Tu eres un hermoso lienzo al cual deseo pintar con mis manos y besos —sonrió—, eres toda perfección Emma Allen.

Mika se posó detrás de mi y pegó su dureza contra mi trasero y se movía lentamente de un lado a otro.

—Estoy duro Emma, me tienes duro —dejó un beso húmedo en mi cuello, tomó mi cintura y me volteó quedando frente a frente con el— te vamos a dar una buena follada esta noche.

Mi mente se preguntaba ¿Cómo podrán follarme los tres a la vez? Pero recordé que lo hicimos una vez los cuatro juntos así que, tendría que prepararme mentalmente para lo que se venía.

Mika me volvió a girar, Axel y Carlo, estaban frente a mi ya completamente desnudos, jamás me cansaría de ver sus cuerpos desnudos, jamás.

Mika de nuevo me tomó de la cintura y me arrastro un poco hacia atrás, me sentó en su regazo para sentir su dureza chocando con mi piel.

Susurró en mi oído haciéndome erizar —voy a estar dentro de ese hermoso culo Emma —me tomó de la mandíbula y giró un poco mi rostro para quedar cerca uno del otro, me besó al fin y probé el ligero sabor a alcohol que había en su boca, su lengua daba paso a la mía y ambos dábamos una batalla en nuestras bocas.

Después de un largo y excitante beso, me alzó solo un poco para después entrar lentamente en mi, no me dolía en lo absoluto ya que el tenía lubricante en su dureza, después de que entró completamente en mi empezó a moverse lentamente mientras que yo parpadee varias veces tratando de acostumbrarme al tamaño de Mika, después se movió muy rápido y gemí de inmediato.

—Oh mika, más... —hablé en un hilo de voz.

Sus embestidas eran duras y certeras, Luego tomó el interior de  mis muslos para abrir más mis piernas, Carlo se arrodilló y estaba a mi altura, de una vez entró en mi para empezar a embestirme salvajemente. Recargue mi espalda en el pecho de Mika y mi cabeza en su cuello, mis manos sostuvieron su cabeza, estaba totalmente perdida sintiendo como Carlo y Mika me embestían al mismo tiempo.

—Estás apretada Emma —Carlo hablaba con la voz enronquecida—, deliciosa.

Mi vista se posó en Axel quien miraba como ambos me estaban follando al mismo tiempo, mandíbula estaba apretada y sus ojos desprendían deseo puro.

—Ven aquí mi amor.. —hablé en medio de las embestidas.  Axel se acercó a mi y con mis manos le bajé el bóxer y sin pensarlo mucho, metí su polla dentro de mi boca, de inmediato sentí el sabor a chocolate que estaba en su falo, ahí supe que era el cuando estaba sobre la cama, rodee su longitud desde la punta hasta el fondo, Axel tomó mi cabello y el mismo empezó a mover sus caderas para follarme la boca.

Mi cordura se estaba yendo a la m****a porque los tres estaban follandome de todas las formas posibles, intenté estar concentrada pero me era imposible hacerlo, estaba perdida en el deseo y la sensación de estar siendo follada por tres hombres al mismo tiempo. Me gustaba como me tocaban, cómo sus labios besaban cada centímetro de su cuerpo y del como me trataban.

Mis oídos fueron los más bendecidos al escucharlos a los tres gemir mi nombre mientras me embestían, de sus gruñidos roncos al darme mucho más duro y de sus deliciosos jadeos, del como sus ceños se fruncían al darme más y más.

Axel seguía en mi boca y pude ver cómo su cuerpo se tensó, para luego correrse. El sabor se su semen pasaba por mi garganta, lo succione hasta tragarme todo su sabor, respire profundamente mientras el salía de mi boca, me sonrió y pasó sus dedos por mis labios, se apartó de mi y vi cómo salió de la habitación tambaleándose un poco.

Carlo salió de mi y sentí como Mika se levantó aún estando dentro de mi, ya de pie, Carlo volvió a entrar en mi, me sostuvo de las piernas y me recargué en su cuello, el sonido de nuestros cuerpos chocando me excitaba aún más.

—Me encantas Rosita..  —besó mis labios de forma tranquila, pero sus estocadas no lo eran.

—Más duro.. quiero más —me aferre a los hombros de Carlo.

Carlo y Mika me dieron más duro, mi cuerpo saltaba en medio de los dos, grité cuando sentí mi orgasmo llegar pero fue más que intenso, había tenido mi primer Squirt y lo mejor es que fue con ellos. Ambos aumentaron la velocidad  y soltaron un gemido ronco para sentir como ambos se corrieron dentro de mi, los jadeos de ambos encendieron de nuevo la excitación en mi, después de sus espasmos, Mika salió de mi lentamente y se fue al baño, yo aún seguía en los brazos de Carlo, su rostro estaba rojo y habían gotas de sudor en su frente.

—Eso ha sido... Joder, fue increíble —estaba recuperando el aliento.

—Si que lo ha sido —sonrió, el también estaba respirando profundamente, salió lentamente de mi pero no me bajó de sus brazos— ¿Tienes tus pastillas?

—Están en mi bolso de mano —sentí mis ojos pesados—, estoy agotada mi amor...

—Lo se —besó mi nariz—, vamos a ducharnos, está noche dormirás con Mika y conmigo.

Solamente asentí y me llevó al baño donde Mika se estaba terminando de bañar, cuando salió me dió un beso y Carlo y yo empezamos a bañarnos con Agua caliente, mi cuerpo se sentía más y más pesado, Carlo estaba siendo muy cuidadoso conmigo, pasaba el jabón suavemente por mi cuerpo y al igual que el shampoo la sensación de el masajeando mi cabello con sus dedos, hacían que mi cuerpo se relaje, me voltee a verlo y me dió una hermosa sonrisa, el estaba sacando el shampoo de mi cabello, pero yo no dejaba de verlo.

—¿Qué sucede mi amor? —rió leve— tus ojitos no paran de verme.

—Eres hermoso Carlo —rodee mis brazos en su cintura mi cabeza estaba inclinada hacia arriba para verlo mejor—, soy afortunada en tenerte en mi vida, jamás había sentido esto.

—Yo sólo quiero que estés bien, me doy por bien servido si te hago feliz —rió, su mano pasaba por mi cabello mientras me terminaba de quitar el shampoo, mi corazón se oprimió porqué el realmente me hacía feliz, sentí mis ojos picar y el se dió cuenta— ¿Que pasa mi amor? —tomó mis mejillas.

—Te amo Carlo.

Lo dije, al fin se lo dije, le dije que lo amo; he estado guardándome este sentimiento desde hace tiempo solo por miedo, ellos ya me han dicho que me aman y yo igual, solo que no se los había podido decir. El se sorprendió un poco por mis palabras y de inmediato sonrió ampliamente.

—Repítemelo, por favor, quiero oírlo de nuevo.

—Te amo Carlo Anttoneti —una lágrima salió de mi, estaba asustada por decirlo. 

Me besó suavemente y luego me abrazó.

—No sabes lo feliz que me ha hecho oírte decir que me amas —sonrió feliz—, te amo demasiado Emma.

Los tres me hacían feliz de una manera inexplicable, jamás pensé sentir esto por alguien, ellos me aman, me tratan más que bien, son comprensivos y amorosos, los tres me aman de una forma distinta e igual a la vez, no cabe duda de que los amo demasiado.

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