Emma:
Ya estábamos sobre la cama mientras el empezó a penetrarme, siempre era brusco pero eso no es lo peor, lo peor es que ya había terminado.
Menos de cinco malditos minutos..
Salió de mi y fue al baño para desechar el condón, cuando regresó tuve que poner mi mejor sonrisa y fingir que me había dejado satisfecha, detesto hacer esto.
—Que buen polvo bebé —me besó—, siempre tan increíble.
—Tu igual
Se alejó de mí para empezar a vestirse, me cubrí con las sábanas y me senté en la cama.
—¿No te quedarás?
—No puedo bebé —se colocó el pantalón—, tengo que ir a mi departamento para hacer mis maletas y hablar con mi jefe y su asistente para dejar todo listo aquí.
—Pero.. Creí que te quedarías esta noche.
—No puedo quedarme cuando lo desees Emma —me miró serio—, es mi trabajo y no puedes interferir.
—Lo siento —murmuré.
Llegó hasta mi de nuevo y besó mi frente, se terminó de vestir, tomó sus cosas y salio de mi habitación, escuché la puerta abrirse y cerrarse, después me tiré a la cama mirando el techo.
—¿Que sucede contigo Emma? Tu no eres así —sentí mis ojos picar— tu no ruegas ni insistes por nadie.
Solté un suspiro pesado, me levanté desnuda y me fui al baño, como era de costumbre siempre se llevaba el condón que usaba, cosa que me molestaba muchísimo porque el sabe muy bien que no deseo tener hijos. Entré a la regadera y me duche con agua fría.
—Emma tienes que tener amor propio —me dije a mi misma—, no puedes dejar que ese imbécil haga contigo lo que quiere, mamá no te enseñó eso.
Terminé de bañarme y salí del baño, siempre me gustaba estar desnuda o en ropa interior por mi departamento, me sentía más cómoda.
Me sequé y vesti con una pijama de dos partes, tomé mis cosas y me fui a mi estudio para hacer las tareas pendientes, me encantaba estar encerrada en este pequeño espacio que es mío, aquí puedo desahogarme escuchando música, leyendo un libro mientras veo por la ventana, hacer mis tareas, todo este espacio era mi escape.
Me sorprendo de mi misma justo ahora, siempre he Sido una chica fuerte y dura, pero ahora... Ahora me siento mal, siento un vacío, estoy con Tom pero me siento sola, no siento esa necesidad de extrañarlo, de verlo, de estar con el, pero sin embargo, me he rehusado a dejarlo, quizá por ser masoquista, pero me estoy dando cuenta de que estoy dejando que crucé todas las líneas que no debe cruzar.
Cada vez que tenemos "sexo" si es lo que se puede llamar, no mira mi cuerpo, siempre mira al frente o mete su cabeza en mi cuello, lo hace porque odia ver mi cicatriz, solo le importa satisfacerse el mismo dejándome a mi de lado insatisfecha, no me toca al menos no ahora, porque cuando le entregué mi virginidad si lo hizo, fue lindo conmigo, me trató bien, pero ahora no, solo me desnuda, me toca pocos minutos y después me penetra, después de correrse o se va de mi departamento y cuando se queda, me da la espalda, no hay esas caricias y charla despues del sexo. Y aún así, me niego a dejarlo.
Me estoy convirtiendo en una masoquista sin remedio, aún sabiendo todas esas banderas rojas que están frente a mi, me he hecho la ciega y la tonta, pero aún no comprendo porque es que no lo he dejado.
—Mierda no me puedo concentrar —me puse las manos en la cabeza, tomé mi teléfono y le mandé un mensaje a Jess.
"Operación helado, la concentración no llega"
Rápidamente me respondió.
"Estaba esperando tu mensaje, llevaré el napolitano"
Amaba con el alma a mi mejor amiga, a pesar de que odie a Tom a muerte, no interfiere en mi relación, aunque de vez en cuando me da un consejo y tampoco pierde la oportunidad de decirme que lo deje.
El timbre sonó y fui a abrirle, ella me sonrió y mostró el enorme pote de helado y dulces.
—¿Te he dicho que eres la mejor?
—Claro que si, pero no estaría de más que lo repitieras —me guiño un ojo—, te ayudaré con la tarea y veremos series hasta dormirnos.
Pasó y colocó las cosas sobre la isla de la cocina, fui hasta ella y la abracé por detrás.
—¿Por qué no eres un chico? Si lo fueras, me fijaría en ti.
Ella rió.
—Ay mi Emma bonita, siento esa tristeza ¿Se fue verdad?
La solté y fui por tazas y cucharas.
—Si, se fue y me dejó... Mal —me encogí de hombros.
—Emma, sabes perfectamente que jamás me he metido en tu relación —asentí—, y sabes que odio a Tom de cinco dólares —asentí de nuevo— pero.. ese hombre no te está haciendo bien, desde que te conozco jamás habías estado así de triste y ¡Menos por un hombre! —se cruzó de brazos.
—No se que me pasa —baje la cabeza.
—Emma escucha, eres hermosa, inteligente, capaz, decidida.. Joder tienes muchas cualidades y creeme que si fuese hombre te robaría de ese idiota —reímos—, pero en serio, no dejes que Tom se lleve tu brillo y destruya lo que eres.
—Mamá estaría decepcionada y mis papás serían: "Te lo dije, ese hombre no era para ti" —imité la voz de papá Jamie— y mi papá Julian sería tipo: "Le romperé las piernas con el palo de golf"
Ambas reímos, pero si, mis padres me dirían eso.
—Aún estás a tiempo de dejarlo, pero a fin de cuentas es tu decisión Emma, ahora tu y yo comeremos helado mientras te ayudo a hacer la tarea.
Tomamos las cosas y nos fuimos a mi estudio, nos sentamos en la mesa y empezamos la tarea mientras comíamos helado.
—Emma ¿Jamás has pensado en tener una relación como la de tu mamá?
Dejé el helado sobre la mesa y fruncí el ceño.
—No —reí—, jamás he pensado en tenerla, además, ningún hombre me aguantaría y dos menos —ambas reímos.
—No lo sé, tener una relación así debe ser increíble y más en el sexo.
—¡Jessie! —exclame mientras reía.
—¿Que? Ambas sabemos cuánto me gusta el sexo, además que sería genial ser follada por dos hombres al mismo tiempo —cerró los ojos y se mordió el labio.
Yo jamás he pensado en tener una relación como la de mis padres, jamás me llamó la atención además de que si pasara, a mis papás les daría un infarto.
—Mejor sigamos con la tarea, señora pervertida.
—Por Dios Emma —rió—, ni que tú no lo fueras, tu tienes sexo con Tom, al menos debe dejarte bien llena, si sabes a lo que me refiero —levantó las cejas varias veces.
Ignoré lo que dijo y seguí en mi tarea.
—Tu silencio me dice muchas cosas Emma, no puedo creer que a parte de idiota, mal polvo —rió sin gracia—, es increíble.
—Jess, no quiero hablar sobre eso ahora.
—Lo se pero es que es horrible, en serio quedar insatisfecha es lo peor que le puede pasar a una mujer —se escandalizó—, una buena follada consiste en que quedes casi que invalida, o mínimo desmayada.
Me tapé la cara cuando sentí mis mejillas sonrojarse.
—¡Jess cállate! —reí.
Seguimos en la tarea hasta que se hizo tarde y ella se quedó a dormir conmigo.
Me gustaba hablar así de directo con ella, pero solo nosotras dos, porque si, era una total inexperta en el ámbito del sexo ya que siempre hacia lo mismo con Tom.
Dios, me doy vergüenza a mi misma por ser así ahora y eso me molesta, voy a tener que hacerle caso a Jessie, pero también a mí misma porque al menos un poquito de amor propio tengo que tener, no puedo seguir así con Tom, así que cuando regrese de ese viaje, voy a terminar mi relación con el.
Y será definitivo...