Emma:
Al día siguiente.~~~~~~~~~~~~~~~~~Aún seguía en el hospital, supuestamente hoy me darían de alta, me sentía un poco ansiosa por ello, volvería a mi departamento sola y no sé si sería buena idea hacerlo.
Aún sentía un poco de miedo, estar en esta situación me tenía muy mal, quería abrazar a mi mamá pero no podía, me entristecía verla llorar por mi rechazo, pero no puedo evitarlo, ahora las mujeres me causan pánico, se que mi madre jamás me haría daño, pero igual temo a qué se me acerquen, hasta ahora me ha atendido un doctor y enfermeros, mamá solo entra a la habitación y se queda alejada de mi, hablamos muy poco y me hace compañía, pero eso no evita que me sienta en peligro.
Papá Jamie se ha quedado solo un rato conmigo ya que el tiene que trabajar, mamá es la que me hace compañía, Carlo ha ido a ver a su papá ya que el señor Nicollo está preocupado por el. Axel sigue en recuperación, aún no he ido a verlo, al menos está con sus padres que vinieron a verlo después del incidente.
—Mamá.. —ella me miró— ¿Me llevarías a la habitación de Axel?
—Claro mi amor, iré por la silla de ruedas.
Mi entrepierna dolía a horrores, esa mujer me había lastimado tanto que tuve un desgarro ahí abajo y tengo que usar toallas porque tengo un leve sangrado, a raíz de eso, me duele cuando camino o estoy sentada.
Mamá trajo la silla de ruedas y con cautela me ayudó a sentarme, poco a poco estoy teniendo un acercamiento con mamá, se que le duele esto, lo noto en su rostro y eso me hace sentir mal.
Salimos de la habitación y me llevó hasta la de Axel, cuando entramos estaba solamente con Mika.
—Les traje a esta niña, quería ver a Axel —dijo mamá—, se las encargo mucho, iré a recoger sus cosas.
Escuché como mamá salió y Mikael empujó la silla hasta la cama de Axel, se notaba un poco cansado.
—¿Cómo estás? —me preguntó.
—Mejorando —sonreí leve— ¿Y tú?
—Hoy me iré a casa —asentí—, así que estoy bien.
—¿Carlo dónde está?
—En la pizzería —dijo Mikael—, su padre lo llamó para que fuera a trabajar.
—Entiendo, ha estado estos días conmigo, tiene una responsabilidad —me encogí de hombros.
—Yo iré a la universidad en un rato —Mikael se agachó a mi altura—, escúchame bien rosita, estaremos contigo en esto, hoy mismo buscaré un buen psicólogo para que vayas a terapia ¿Te parece bien?
—Si —sonreí—, quiero ir, no quiero frenar mi vida por esto.. —me acomodé en la silla— ¿Me acuestas con Axel? No aguanto el estar sentada.
Mikael me cargó y me dió un beso, después me acostó al lado de Axel y este me abrazó.
—¿Dónde estabas ayer Mikael? —pregunté.
—Arreglando todo para la universidad —asentí—, hoy tendré clases, estoy esperando a tu papá Julian, dijo que quería decirme algo importante.
—Ya se llevan bien —reí un poco.
—Algo así, es que.. Todos me adoran preciosa —me guiñó un ojo, luego su celular sonó—, ya regreso.
Salió de la habitación para atender la llamada.
—¿Me perdonas por no haber venido? —lo mire.
—No tengo que hacerlo mi bonita —besó mi cabeza—, estabas recuperándote. Pero ahora estás aquí conmigo.
—¿Tu ya estás mejor?
—Excelente ahora que estás aquí —rió—, Mikael me estaba volviendo loco.
—Me lo imagino —sonreí.
El suspiró —Odio que estés tan apagada mi rosa y me siento culpable por ello, por dejar pasar todo esto con Tamara, ahora estás así.. Perdóname —susurró.
—No es tu culpa —le dije—, ni mía, mejor dejemos eso atrás, prometo hacer todo lo posible para mejorar.
Mikael entró con cara de pocos amigos a la habitación.
—¿Pasó algo Mikael?
—Si —bufó—, mi hermano me llamó para que viajara a Rusia, a según mi padre está enfermando y quiere que vaya.
—¿Que harás? —preguntó Axel algo serio.
—Pues no ir —dijo obvio—, no voy a viajar a Rusia a ver a mi padre.. Por mi que se muera.
—Mikael —Axel lo regaño—, que tal si sea de gravedad y tú padre quiera pedir perdón antes de morirse.
—Lo dudo —se sentó en el sofá—, mejor cambiemos de tema ¿Si?
—Ven a darme un beso —le sonreí.
—Los que quieras, mi amor —sonrió.
Se levantó y me dió un beso, extrañaba tanto que me besara así.
—Te puedo dar uno a ti también si quieres —levantó las cejas.
—No —hizo una mueca de asco—, no jodas Mika.
—Ni jidis Miki —se mofó y yo reí—, no seas amargado mi amigo Alemán, por cierto, hablé con tu madre, quiere que te quedes en mi departamento.
—¿Por qué? —frunció el ceño.
—Ya sabes cómo es Luna —rió—, quiere que esté pendiente de ti —bufó—, cómo si fueses un niño.. Le dije que iba a contratar a una enfermera para los cuidados.
—¿Enfermera? —fruncí el ceño—, no —negué—, yo voy a cuidarlo.
—Pero bonita, tu necesitas cuidados también —Mikael se cruzó de brazos—, aún estás un poco herida.
—¿Y que? Yo también puedo cuidarlo..
—Deja que me cuide, ya que Emma está celosa, que lo hará ella —Axel rió.
—Yo no estoy celosa.. —me crucé de brazos.
—Si lo estás —Mikael se acercó a mi rostro—, tus mejillas están rojitas —me tomó de las mejillas—, mejor contrato a un enfermero ¿Que dices?
—¿Enfermero? No —Axel negó—, que tal que me toque bañarme y me vea desnudo.
—Axel, estás enfermo de un oído —Mikael se cruzó de brazos—, no estás en silla de ruedas, puedes bañarte por ti solo.. que idiota eres —murmuró.
—No peleen por eso —reí.
A la habitación entró Carlo algo contento.
—Par de idiotas, traje comida.. papá hizo lasaña de berenjena —me miró— ¡Oh! Pero miren quien está aquí —sonrió—, la chica más hermosa del universo.
Se acercó a mi y me dió un beso en los labios.
—Estas hermosa hoy —me besó la nariz—, espero que tengas hambre, traje de todo, claro, menos dulces.
—Debiste traer dulces —Mikael revisaba las bolsas— ¿Y el jugo de moras? No puedo comer sin eso.. Que mal servicio Carlo —negó varias veces—, voy a poner una queja por esto.
—No seas idiota Mika —Carlo se sentó en el sofá—, mejor come.
—No puedo comer sin el puto jugo —lo miró mal—, iré yo a comprar uno en la cafetería.. ¿Quieres algo bonita?
—Quiero un yogurt de fresa —asintió.
—Ya regreso —señaló a Carlo—, no te comas nada.
Se sentía bien escucharlos discutir por cualquier cosa y después reírse, me encantaba estar con los tres. Me sentía feliz y querida.
Hoy salía del hospital y no sabía si irme con mamá o a mi departamento, no quiero ninguna de esas opciones, tampoco quiero irme con ninguno de ellos, sentía la necesidad de estar sola y a la vez no, siento que mi mente podría colapsar en cualquier momento y eso no me gusta.
Siempre temí en qué me agredieran de esta forma, me cuide mucho para evitar esto ya ahora que pasó.. Me duele mucho.
A la habitación llegó un policía, el mismo que dió la orden para que nos arrestaran y con el venía una mujer vestida de civil. Y Mikael entró detrás de ellos con una bolsa en sus manos
—Señores, buen día —habló el policía—, vine a hacerles unas preguntas a la señorita Allen.
—Dígame —me aferré a Axel.
—Estamos investigando el nombre de la policía que la retuvo mientras la atacaba, quería saber si usted recuerda el nombre.
—No —negué—, yo estaba de espaldas cuando ella me retuvo, no le ví el rostro pero si escuché su voz.
—Retuvimos a todas las policías femeninas de aquella guardia, sería de importancia que fuera a la estación a corroborar la historia.
—Dado que sea correcta —dijo la mujer.
—¿Que quiso decir con eso? —preguntó Mikael.
—Que no sé sabe si el testimonio de la.. señorita sea real, hablamos con su madre y ella dice que ya estado cohibida de hablar, puede haber un motivo, de que la señorita Allen, pudo haber imaginado debido al estrés de estar encerrada en una celda, que la policía la retuvo.. También de que siente un "miedo" —hizo comillas—, a las mujeres, porque una mujer abusó de usted.
—¿Se está escuchando? —habló Mikael molesto—, lo que está diciendo son puras estupideces.. Si siente miedo o repulsión hacia las mujeres es porque una la violó, hubiese Sido lo mismo, si hubiese Sido un hombre ¿Cuál es la maldita diferencia? Violación es violación ¿Entiende? O prefiere que le explique con manzanas.
—El comentario de su compañera está más que desubicado —Axel hablaba serio—, si ya terminaron, larguense.
Ambos policías se retiraron de la habitación, yo estaba temblando del miedo por la forma en que ella me veía, en sus ojos había burla y un brillo que me dió escalofríos.
—Emma tranquila —Axel frotaba mis brazos—, por favor, estás temblando.
—Par de ineptos —Carlo bufó—, iré a buscarle un té para que se calme —me besó la frente—, tranquila mi bonita.
Es increíble que aún sabiendo que me habían violado de aquella forma, que me hayan hecho pruebas, no crean que mi testimonio sea real.. La justicia es una m****a.
Una total m****a..