| 22 parte I |

Narrador Omnisciente:

En aquel callejón Emma yacía inconsciente mientras se desangraba de a poco. Su cuerpo estaba tirado en el frio suelo en aquel callejón.

En esa misma calle iban caminando un par de chicos de la mano, habían salido de la pastelería, iban contentos, caminaban un poco más hasta que vieron a un par de sujetos salir corriendo de aquel callejón mientras reían. Se miraron confundidos y siguieron su camino hasta que uno de ellos miró al otro lado, justo en el callejón y vieron el cuerpo de Emma tirado en el suelo.

El chico corrió hacia ella encontrandose una escena horrorosa, una chica semidesnuda, llena de miretones y sangre, totalmente inconsciente en el suelo.

-Dios mío -el otro chico se tapó la boca- ¿Está viva? Dios, mira como la han dejado.. 

El chico solo observo cómo Emma ladeó un poco la cabeza en señal de que seguía con vida. 

—¡Lo está, lo está! ¡Rápido Larry! ¡Llama a una ambulancia! —le gritó a otro chico— Dios niña ¿Quien te hizo esto? Fueron unos animales.. 

El chico llamó desesperado a una ambulancia, no sé sabía si Emma resistiría.

Poco después llegó la ambulancia y cargaron a Emma en la camilla y la subieron en la ambulancia.

—¿Que pasó? —preguntó el paramédico.

—No lo sé, la encontramos en ese callejón así como está, al parecer la asaltaron o algo asi, ¿Puedo subir?

—Esta bien, que sea rápido.

—Larry amor, ve al hospital ¿Si?

—Ten cuidado Por favor.

El chico subió a la ambulancia junto a los paramédicos para tratar de auxiliar a Emma, pero ella cada vez se sentía más débil.

—La herida de la cabeza es grande —el paramédico trataba de cerrar la herida.

—Tiene un par de costillas rotas —habló el otro— ¡Rápido Carl!

La ambulancia llegó rápidamente al hospital y bajaron a Emma de la ambulancia, los médicos la atendieron rápidamente.

—La policía vendrá en unos momentos ¿Tienen alguna información de la chica? —preguntó el paramédico.

—No —negó el chico—, solo vimos dos hombres salir del callejón corriendo, luego la vimos ahí tirada, no sé quién es.

—No se vaya por favor —el asintió—, vendrán a interrogarlo.

Poco después el otro chico llegó al hospital de manera rápida.

—¿Que ha pasado amor?

—Nada —suspiró—, la acaban de ingresar.

—Estás manchado de sangre.

El bajó la mirada y efectivamente tenía sangre de Emma sobre su camisa.

—Esos hombres le hicieron eso a la chica.. ¿Cómo pudieron dejarla así? Es que no tiene sentido, es solo una chiqulla.. 

—No lo sé Larry —negó—, pero ella no merecía aquello, ahora solo nos toca esperar que ella despierte o que alguien venga y pregunte, porque no sabemos quién es.

—Pobrecita —susurró el chico—, lo siento Will, pero no nos vamos de aquí hasta que llegue alguien que la conozca, me niego a irme, no voy a hacerlo. 

—No lo haremos amor.

Ambos chicos se sentaron en aquella sala de espera, para poder esperar a la policía y darles la información que tenían.

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