Emily:
Al día siguiente..
Desperté como todos los días, con el sonido de mi alarma retumbándome los oídos, apague el teléfono y me levanté, tomé mis cosas y fui hasta el baño, empecé a asearme, después de terminar fui a mi habitación a ordenar mi uniforme y lo demás, fui hasta la cocina a preparar un poco de café, ya casi terminando apareció Julian en la cocina.
—Quiero mi café negro, sin azúcar —miraba su teléfono.
—¿Disculpa? —alcé una ceja.
—Lo que oíste ¿Eres sorda? No me gusta repetir lo que digo —hizo una mueca.
—Pues si deseas Café, puede servírselo usted mismo señor Allen —sonreí—, tiene dos manos que están completas y es lo suficientemente capaz de tomar una taza y servirse café.
—¿Pretendes que yo, Julian Allen me sirva café solo? —se señaló—. Estás loca.
—Pues si señor Allen, puede servírselo usted solo, si quiere le explico cómo se usa la cafetera y todo lo demás.
—Olvidalo, de igual forma ese café debe saber horrible —me encogí de hombros.
Fui de nuevo a mi habitación y empecé a desvestirme, pero la puerta fue abierta por Jamie, rápidamente me cubrí con la toalla.
—¡¿No te enseñaron a tocar, imbécil?!
—Creí que era el baño -rió.
—¡Pues no lo es, ahora vete! —señalé la puerta.
El cerró la puerta y yo la cerré con seguro, empecé a colocarme el uniforme, solté mi cabello y tome mis cosas junto con las llaves. Que momento tan desagradable acabo de pasar.
Salí hasta la sala y estos dos estaban viendo tv, los ignore e iba a salir pero Jamie me detuvo.
—Hey ¿Y no prepararás el desayuno?
—¿Que? —reí—, no, si tienen hambre pueden cocinar ustedes mismos, yo tengo que irme, por que yo si trabajo.
Salí del departamento, baje y salí del edificio, tomé el bus hasta mi trabajo, si ellos pensaban que yo estaría como una sirvienta haciendo sus quehaceres.
Ya llegando sin mirar a nadie subo hasta mi puesto, dejo todo ordenado y espero pacientemente que llegue mi jefe.
Una hora después...
Ya había pasado una hora y mi jefe no ha llegado, es extraño.
—Emily —llegó hasta mi una de las secretarias de gerencia—, tienes que ver esto.
Confundida la seguí, todas las mujeres del piso estaban paradas en la ventana viendo algo o a alguien, cuando llegue hasta la ventana me di cuenta de que todas veían a los hijos de los jefes, ambos estaban vestidos con un pantalón Jean, botas de trabajo y una camisa blanca, ambos usaban cascos, me di cuenta de que Jamie tenía los brazos totalmente tatuados, en cambio Julian solo tenía un brazo.
—No sabía que los hijos del señor Allen estuvieran así de buenazos —dijo una.
—Lo que más me sorprende es que ellos estén trabajando como obreros, siendo los hijos del dueño —dijo otra.
—¿Y si nos enfocamos en el trabajo? —pregunté— si el señor Allen llega y nos encuentra aquí, nos regañarå.
Todas se fueron a su puesto, incluyendome, minutos después el jefe llegó y me dispuse a trabajar con el.
(...)
La hora de salida había llegado, me despedí del señor Allen y tomé mis cosas, baje hasta la parada de autobuses y tome el rumbo al departamento, al llegar encontré todo tirado en el suelo, bolsas y cajas de pizzas.
—Dios mío ¿Que paso aquí? —deje mis cosas sobre la mesa— estos hombres —murmuré.
Tomé una bolsa de basura y empecé a recoger todo el desastre de la sala, ya después de eso seguí limpiando, la puerta del departamento se abrió dejó ver a los Allen, ambos estaban vestidos con trajes elegantes.
Decidí ignorarlos por completo, recogí todo y saqué la basura, volví al departamento y seguí de largo hasta mi habitación, me quite el uniforme y me coloque la pijama, fui de nuevo a la cocina, iba a prepararme un sándwich sencillo, tenía que adelantar un poco el trabajo, los Allen seguían sobre el sofá, estaban bebiendo en la sala.
—Hermano, vivir aquí creo que no será tan malo ¿Sabes? —escuché a Jamie.
—¿Porque?
—Ya tenemos servicio de limpieza —reía—, viste como quedó la sala ¿No? Y no tuvimos que pagar nada.
Idiota...
—¡Cierto! No es tan malo después de todo —ambos empezaron a reír—, para eso es que sirven las mujeres ¿No? Para la cocina, lavar, parir y abrir las piernas para nosotros.
Bien, solo haré mi sándwich y me iré a mi habitación, no pretendo oír las estupideces que dicen este par.
Después de hacerlo, empecé a guardar todo dónde iba, sentí a alguien detrás de mi.
—Te crees muy lista ¿No? Seguramente le dijiste a nuestro padre tu genial plan para que te casaras con nosotros —era Julian— crees que con esa cara de falsa inocencia, seguramente eres igual que todas las mujeres.
-—Te exijo que me respetes Julian —lo mire molesta—, tu no me conoces como para opinar sobre mi.
—Claro que conozco a las de tu clase —reía—, siempre andan buscando dinero... Ahora por tu culpa estoy viviendo en esta.. lata de sardinas, trabajando como un puto obrero.
—No es mi culpa de que tengas treinta años y no sepas nada de la vida Julian, no es mi culpa de que tú —lo señalé—, no sepas lo que es trabajar y ganarse el dinero bajo tu propio esfuerzo, así que a mí no me culpes de las decisiones que tomo su padre.
—¡Ahora lo entiendo! Seguramente tú te acuestas con el ¿Verdad? Es que es claro Emily —rió sin gracia.
—Julian no.. —Jamie le sostuvo el brazo y el se zafo.
—No, se que es así, esta....mujer se acuesta con mi padre, eres una zorra —me miró con odio.
Inmediatamente mi mano se fue a su mejilla dándole una sonora bofetada, esto es el colmo.
—¡Que sea la primera y última vez que de tu maldita boca salga algo como eso! ¡Tu a mi no me conoces Julian Allen! ¡No te permito que me ofendas de esa forma! —le grité.
Dejé el sándwich sobre la isla de la cocina y salí de ahí, me encerré en mi habitación, deslice sobre la puerta hasta el suelo y solté mi llanto.
Cómo es posible que me afecte tanto lo que me dijo, el no me conoce, no sabe quién soy, no sabe porque hice esto, no sabe por que acepté ser su esposa, no es justo que me llame de esa forma. Dios, me siento tan mal.
—Tengo que soportar un año, solo un año Emily, solo un año —susurre—, solo hazlo por Ethan.
Me limpie las lágrimas y encendí la laptop, tenía que terminar un documento para mañana, hoy sería una larga noche, tenía planeado comer y distraerme un poco, pero ese par de mimados lo arruinaron todo.
(...)
Hoy estaba preparándome un poco de café, esperé que al menos ordenaran un poco la sala y no pasó, así que tocará limpiarlo todo de nuevo.
Mi teléfono sonó, contesté sin saber quién era.
—¿Si?
—Emily, buenos días.
Era el señor Allen.
—Dígame señor Allen.
—Pues te llamaba para decirte que no vengas a trabajar, hoy iré de viaje de improvisto con mi esposa, regreso en dos días, así que puedes tomarlos libres, lamento no haberte avisado anoche.
—No se preocupe señor Allen, que tenga un buen viaje —colgué.
Terminé mi café y empecé a limpiar la sala -de nuevo- voy a aprovechar mis dos días para salir y descansar un poco de ellos.
Voltee para sacar la basura y me encontré con Jamie con una toalla en su cintura, del susto deje caer la bolsa.
—Lo siento ¿Te asusté?
—Un poco —me agaché a recoger la bolsas—, se que para ustedes es muy difícil mantener el orden —lo miré—, pero nada les cuesta recoger su desastre, esta es la segunda vez que lo hago por ustedes, así que les pido que mantengan todo limpio, creo que eso no es mucho para ustedes. Yo no soy de limpieza.
Saqué las bolsas de nuevo y entre al departamento, ya ambos estaban en la sala ¿No van a trabajar? Mejor ni les pregunto, no vaya a ser que me quieran comer viva.
De nuevo recibí una llamada, era mi madre.
—Mi niña, buenos días ¿Cómo estás?
—Bien mamá ¿Cómo está papá? ¿Ethan?
—Para eso te llamaba, Ethan quiere hablarte.. ten cariño es Emi —escuché del otro lado una risa.
—Emi... Tengo tengo un nuevo auto es azul como el que me diste en mi cumple.. es de color azul.
—¿En serio mi corazón? No sabes lo feliz que me hace escuchar eso —sonreí—, prometo que pronto te llevaré uno ¿Que color te hace falta?
—Tengo muchos colores, mejor mejor tráeme eso que se puede volar ¿Cómo se llama ma? Ah sí una cometa, quiero una cometa... Que tenga un superhéroe dibujado.. lo prometes Emi.
—Lo prometo mi amor, cuando vaya a verte te la llevaré, será como tú la pidas, debo irme, tienes que comer bien ¿Lo prometes?
—Lo prometo Emi adiós adiós —colgó.
Estaba hablando por teléfono y no me di cuenta que ese par estaba sobre la sala, ambos me miraron serios.
—Entonces mi padre no es tu amante si no otro —Julian sonrió de lado—, buen motivo para librarme de ti.
Lo ignore y me fui a mi habitación para ir a darme una buena ducha, hoy saldría con Julie y Sasha a divertirme.