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Emily:

Dos semanas después..

Estaba hecho, ellos decidieron sacarme de sus vidas para siempre, pasaron dos semanas en que tuve la pequeña esperanza de que me buscarían, que me escucharían pero eso no sucedió, no me llamaron más y no me buscaron así que me resigné a estar sin ellos.

Por qué si, me enamoré como una tonta de ellos, me enamoré de los hombres maravillosos que son o que fueron conmigo, me dolía tanto de que no me hayan querido escuchar, estaban tan cegados por lo que dijo Andy que... Terminaron creyéndole, yo estaría de la misma forma porque habían pruebas, pero al menos me hubiesen dado el beneficio de la duda y así aclarar las cosas pero no me dejaron.

Decidí tener a mi bebé, para al menos conservar un poco de ellos en mi, pero no podía evitar sentirme terriblemente sola, cada noche miraba la ventana esperando que regresaran pero no llegaron, dormía con mi teléfono en mano esperando su llamada pero jamás paso, me dolía que iba a tener a mi bebé sin ellos, tenía que aceptarlo ahora.

—Em, linda, tienes que comer algo —escuché a Julie entrar a mi habitación.

Desde que llegué de nuevo aquí, he estado encerrada, el apetito no me llegaba.

—No tengo hambre —Murmuré desde mi cama.

—Em, debes hacerlo por tu bebé, por favor, además preparé sopa de pollo, tu favorita.

Me senté en la cama y ella me dió la bandeja con la sopa y jugo.

Los malestares del embarazo no han sido tan fuertes por suerte. Aunque no me sentido bien.

—Gracias Julie.

—No hay de que preciosa, debes cuidarte ¿Si? Recuerda que llevas a tu hijo dentro y te necesita fuerte para que pueda crecer.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Gracias por no dejarme sola en esto.

—Ay Em —me abrazó— ¿Cómo podría dejarte sola? Jamás, voy a cuidar de ti y ese bebé, bueno vamos porque eso tiene que incluir a Sasha —reímos.

Ella me soltó del abrazo y salió de mi habitación diciéndome "come" y empecé a hacerlo, la sopa que me hacía Julie ayudaba mucho a apaciguar las náuseas y mareos.

Después de comer me recosté de nuevo en la cama y acaricié mi vientre.

—Mañana voy a conocerte —cerré los ojos—, solo espero que estés bien, mami ha sido un poco descuidada pero prometo hacer un esfuerzo por cuidarte.

La puerta de la habitación se abrió de nuevo.

—Em —era Sasha—, tienes visita.

Me levanté de la cama y rápidamente me coloqué las pantuflas, salí de la habitación y llegué a la sala, por un segundo creí que serían ellos pero me llevé una decepción porque no estaba ahí, no eran ellos, era Jason que vestía de traje.

¿Que hacía aquí?

—Hola Emily —saludó con una sonrisa.

—Jason ¿Que haces aquí? —fruncí el ceño.

Su rostro se puso serio y a la vez triste.

—Bueno, vengo en representación de Julian y Jamie.

—Espera.. no entiendo.. ¿Eres abogado?

—Así es —el asintió—, lamentablemente me tocó trabajar de obrero teniendo mi carrera pero, Julian y Jamie me dieron la oportunidad de trabajar en la constructora y me contrataron como abogado.

Solo asentí, no sabía que Jason era abogado pero me alegra que tenga un empleo mejor.

—Siéntate por favor —señale el sofá. 

Ambos lo hicimos, el colocó el portafolio sobre la mesa que estaba frente a nosotros y sacó unos papeles.

—Jamie y Julian solicitaron los papeles de divorcio y la disolución del contrato que tenían —dijo con pena.

Estaba hecho, habían decidido sacarme de su vida definitivamente, querían el divorcio.

—Bien —tomé los papeles, trataba de controlar mis temblores. 

—Ahi dice que obtendrás un porcentaje del dinero por estar casada con ellos por un mes y medio —miró otros papeles—, se te dará una indemnización de treinta mil dólares, pero no serás beneficiada por propiedades por parte de ellos.

Esto es increíble...

—Voy a firmar lo que me piden —tomé el bolígrafo y sin pensarlo lo firmé, le entregué los papeles a Jason.

—Bien —sacó un cheque y me lo dió.

En el había la cantidad de treinta mil dólares, mire el cheque con rabia y rompí en dos y se lo entregue a Jason que me miraba perplejo.

—Dile a los señores Allen que no quiero nada de que vengan de ellos, se los dije a ellos y te lo diré a ti, mi dignidad vale mucho más que sus millones —dije seriamente—, solo pido que jamás se me acerquen.

El suspiró.

—Hiciste bien en firmar y no aceptar el dinero Emily —me sonrió—, lo que te hicieron fue algo cruel y si lo sé, ellos me contaron lo que sucedió y yo creo en ti, se que jamás harías algo como eso Emily, se que no nos conocemos mucho pero lo poco que hemos hablado me di cuenta de que eres alguien honesta... Ellos cometieron un grave error, iban a dejarte sin nada alegando que fue infidelidad así que los convencí de que no lo hicieran, por eso el cheque.

Increíble que ellos quisieran hacerme semejante cosa, al menos Jason si creía en mi.

—Les daré el cheque —se levantó— adiós Emily, espero volver a verte pronto.

—Adiós Jason.

Julie lo acompañó a la puerta y el salió, yo solté un suspiro y me recosté del sofá, quería llorar pero no podía, le haría daño a mi bebé.

Ahora oficialmente estaba divorciada de ellos.

—Em ¿Que harás ahora? —me preguntó Julie.

—Por ahora no lo sé, ya estoy divorciada, solo me queda trabajar para sacar adelante a mi bebé, pensaba irme con mis padres pero.. es mejor quedarme aquí, no echaré mi vida por ellos y tampoco huiré cómo si hubiese cometido un crimen —me senté en el sofá de nuevo—, he podido con cosas peores y se que esto es algo mínimo.

Ellas me abrazaron fuertemente, al menos no estoy tan sola.

Cuidaré de mi bebé, le daré el amor que se merece, se que podré superarlo.

(...)

A la mañana siguiente me arregle un poco, maquille mis ojeras, me vestí con un pantalón alto color blanco y un suéter gris, ya el invierno se acercaba, me coloque el gorro y tomé mi bolso con mis cosas.

Baje hasta la entrada y caminé hasta la parada de autobuses, minutos después llegué a la clínica, di mis datos y espere un poco.

—¿Emily Larson? —preguntó la enfermera.

Me levanté y seguí a la enfermera, ella me hizo pasar al consultorio de mi doctor.

—Buen día —dije sonriendo leve.

—Siéntate por favor —señaló la silla frente a mi.

Me senté frente a el, era un hombre de unos treinta años o más, ya tenía algunas canas en su cabello.

—Bien Emily —empezó a leer unos papeles y a anotar— viniste para una cita ¿No? Quieres saber el estado de tu bebé.

—Así es.

—Entonces vamos a verlo.

Se levantó y me indicó pasar al otro lado de su consultorio, me recosté en la camilla y el encendió aquella máquina, me dijo que me levantara el suéter y lo hice, también desabroché el botón de mi pantalón, el colocó el gel sobre mi vientre y puso aquella cosa sobre el, mire la pantalla y ahí estaba, mi bebé, se veía tan pequeño.

—Bien, según aquí —tecleaba sobre la máquina— tienes al menos cuatro semanas y media, la bolsa está en buen estado, el líquido es el adecuado, ya tiene algunas partes del cuerpo... Vamos a escuchar su corazón.

Siguió tecleando y empecé a escuchar los latidos de mi bebé, era como música para mis oídos, no pude evitar derramar algunas lágrimas, está sensación era maravillosa.

El doctor siguió con lo suyo y me dió una servilleta para limpiar mi vientre.

Me tomó la presión y me pesó. Luego me senté frente a el.

—Tu presión es estable, al igual que tú peso —anotaba en una hoja color rosa—, el tamaño de tu bebé es correcto para el tiempo que tienes, voy a recetarte unas vitaminas, ácido fólico y hierro, al igual te daré una guía para la dieta, ahí verás lo que es bueno comer y lo que no —asentí—, te harás unos exámenes para verificar tu hemoglobina y lo demás —asentí de nuevo— eso sería todo, nos vemos el mes que viene.

Me entregó todo, le agradecí y salí del consultorio, después de la clínica, al salir decidí ir a caminar un poco al parque. Cuando llegué compré un te frío y me senté en una de las bancas, de la carpeta saqué la ecografía de mi bebé, no pude evitar llorar de nuevo.

—Prometo cuidar de ti bebé, seré la mejor madre para ti. —sonreí entre lágrimas.

Miraba a las personas pasar de un lado a otro, miraba a los niños con sus papás, sentí envidia un momento porque mi bebé crecería sin los suyos, pero se que podré hacerlo bien, no soy ni la primera ni la última mujer en el mundo que críe un bebé sola.

Seré la mejor madre para mi bebé..

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