-Llegas tarde.- Fue lo primero que la matriarca dijo después de no ver a su hija por 6 años.
-Hola madre- exclamó Mari inclinándose educadamente- No ha sido un viaje corto, he manejado por tres horas hasta acá.
-¿Tu esposo no maneja?- dijo enarcando una ceja.
-Hola señora- exclamó Adri manteniendo su sonrisa de hoyuelos intanta. - Manejar no es lo mío- dijo rascando su nuca, un gesto que su esposo consideraba adorable pero su suegra infantil.
La mujer observó a los cuatro de arriba abajo- ¿Estos son tus niños?
-Benji, Thiago, digan hola a la abuela- Ordenó, esperando que la dulzura de sus hijos calmara la tensión del ambiente.
Benji se acercó primero- Hola abuela, yo soy Benji y tengo seis años- dijo con orgullo.
La mujer de ojos penetrantes lo miró de arriba a abajo- Eres igual a tu padre, por lo que veo… - Setenció al notar que los niños eran de cabello negro y piel tostada y no rubios.
Benji bajó la mirada, como si las palabras de mujer lo avergonzaran. Nunca antes había pensado