Toda la noche la pasé con intranquilidad. Los pesadillas normalmente regresaron de una forma brusca, bastante inciertas. Tuve extrañas pesadillas de muerte, donde veía a mi hermano muriendo de diferentes formas en el mercado negro. Lo veía muriendo entre los brazos de gente que no conocía, pero no podía ver su rostro. No podía ver su rostro. En medio de aquellas pesadillas, algo dentro de mí me decía que era él, que sabía que era mi hermano, pero no podía reconocerlo. Por alguna razón me sentía perdida, como simplemente una espectadora de la tragedia.
Y cuando desperté en la mañana, me sentí incluso peor. Un terrible nudo en el estómago, algo me tenía comprimida en el colchón que no me permitía moverme, a pesar de escuchar el llanto del pequeño Elián. Al final, después de un par de minutos, pude controlar mi propio cuerpo y entonces me levanté de la cama.
Prepararme para ir a la empresa fue tedioso, pero al final lo conseguí. Y cuando llegué a mi área de trabajo, a mi nueva área de tr