RACHEL MONROY
—Cariño, por favor, ven conmigo —insistió mi madre, llena de miedo. Entonces Henry atravesó las puertas con las manos escondidas en los bolsillos, manteniendo su distancia, dejando que resolviéramos las cosas entre ella y yo—. Tú eres una niña buena, de casa, no tienes que ensuciarte las manos de esta manera. Este no es tu mundo. Por favor.
Sabía que sentía miedo por mí, que quería protegerme, pero en algo se equivocaba y era que yo ya era parte de ese mundo. Di un par de pasos hacia ella y noté la tensión en Shawn, pero se mantuvo quieto, dejando que fuera yo quien tomara la decisión.
—Mamá… encontré una familia cuando papá solo me veía como una herramienta y tú dejaste de luchar. Cuando ambos no se esforzaron por mí, ellos sí lo hicieron. Shawn sí lo hizo —dije con la mirada fija en ella y el corazón latiendo tan rápido que pensé que escalaría por mi garganta y se me saldría por la boca.
—Rachel, sabes que no quise dejar de luchar, es solo que… —Levanté mi mano para