ROCÍO CRUZ
—Sé lo suficiente —contestó Shawn sin sonrisa, pero con una mirada firme y en el fondo algo de lástima—. Y lo lamento, en serio. Yo… trabajé muchos años con esa clase de gente y sé que cuando quieren algo lo obtienen pese a todo. Así que entiendo que tuvo que ser difícil huir de casa y dejar a todos atrás. Sé que protegiste tu cuerpo, poniendo en riesgo a tu familia y tu futuro.
»Pero creo que es un consuelo saber que ellos siguen vivos y bien.
—Mujeres bonitas abundan en Jalisco, si no cae una, caerá otra. El dinero siempre las atrapa, y cuando no es eso, una pistola en la cabeza sí lo hará —dije secando con cuidado mis lágrimas, evitando que cayeran por mi maquillaje perfecto.
—Lo bueno es que lograste escapar antes de que te tocaran —agregó Shawn como si fuera un consuelo.
—¿Quién te dijo que no me tocaron? —pregunté con una sonrisa melancólica, como si reírme de mi dolor fuera una solución para suavizar mi tristeza, mientras la cicatriz en la punta de mi cadera palpi