Capítulo 37. Despampanante.
Ellen.
La noche había llegado más rápido de lo que imaginaba. Ellen observaba su reflejo en el espejo del vestidor del hotel con una sensación extraña en el pecho. Nerviosismo, claro, pero no por lo que uno esperaría. No era por la gala ni por su discurso. Era por lo que Nueva York significaba.
Un año y medio había pasado desde que había dejado esta ciudad atrás, huyendo no solo de un corazón roto, sino de una vida que amenazaba con apagar su esencia. Ahora regresaba transformada. Había sido invitada como conferencista a una de las galas más importantes del mundo del marketing. Y no solo eso: sería reconocida como Mujer Emprendedora del Año.
Pero más allá de los logros, la emoción se mezclaba con una inevitable carga emocional. Esta era la ciudad donde había conocido a Derek. Donde había reído, soñado, amado. También donde había llorado, dudado de sí misma, y finalmente dicho adiós.
Ellen se acomodó el vestido negro con pedrería, eligiéndolo con intención: elegante, fuerte, imponente