Capítulo 77
Cordelia
El día comenzó como todos los demás.
Desperté antes de que saliera el sol, cuando el cielo aún era gris y la ciudad parecía contener la respiración.
Me quedé en la cama unos minutos, observando todo a mi alrededor.
Zeiren ya se había ido. Siempre se iba antes. Siempre regresaba después. Parte del papel. Parte del teatro.
Me levanté y caminé descalza hasta la cocina. Preparé café. No solo porque lo necesitara, sino porque los hábitos humanos me ayudaban a fingir que aún lo era.
En la tienda, todo estaba ordenado desde el día anterior. Los libros encuadernados a mano en su estante correcto. Las piedras pulidas brillando bajo la lámpara de espectros que solo yo podía activar. El incienso de sándalo quemaba el aire. Una ilusión de lo que era mi rutina.
Abrí las puertas a las ocho en punto.
Los clientes entraban y salían con una sonrisa educada, esa mirada que nunca se detenía demasiado tiempo.
A veces me preguntaba si sabían lo que era este lugar... Si intuían que