Capítulo 52
Tras el susto reciente, la mente de Mariana era un revoltijo, así que ni siquiera se dio cuenta de que Walter la seguía sigilosamente.

Serafín pisó el acelerador y el coche avanzó como una flecha, tratando de deshacerse del persistente perseguidor. Al notar eso, Walter no se quedó atrás y aceleró también.

Los dos vehículos volaban por el viaducto, con el viento y la lluvia golpeando violentamente las ventanas.

De repente, Mariana vislumbró el coche de Walter en el espejo retrovisor, se quedó paralizada de asombro y se giró para mirar hacia atrás.

Serafín dijo con voz grave: —Walter nos está siguiendo.

Una ola de confusión inundó a Mariana. ¿Qué hacía él allí? ¿No se suponía que debía estar llevando a Jimena a casa?

Frunció el ceño, buscando una explicación razonable. —Quizás sólo coincidió el camino.

Pero Serafín no lo creía así; después de todo, por la forma en que Walter los perseguía, no parecía ser mera coincidencia.

Ambos coches iniciaron una persecución trepidante bajo la torment
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App