RAFAELE
Veo a Dimitri jugar con el hombre. Mis propias manos están cubiertas de sangre, y el dolor de mis nudillos rompiéndose ya pasó hace tiempo. Salvatore nos dio permiso, y no necesitamos que nos lo dijeran dos veces.
Lo dejé todo salir—la agresión, el odio. Todas mis emociones se derraman por la ciudad como una enfermedad, dejando cuerpos atrás. Nunca debieron habernos desafiado… ¿y llevarse a Colina? Puto movimiento estúpido.
Tal vez los habríamos dejado ir fácil antes. ¿Ahora? Ahora morirán con nuestros nombres en sus labios.
Me alejo de pensar en ella, porque cuando lo hago, no puedo controlar lo que pasa, y ahora mismo, este tipo es de Dimitri, pero la idea de ella sufriendo… de ella asustada… sola, me llena de tal furia que tengo que matar algo, cualquier cosa.
Prometimos protegerla siempre.
Y mira lo que pasó. Nunca me perdonaré por eso, o por el hecho de que fue mi propia puta culpa. Si no hubiera estado tan consumido por mi odio hacia Daphne y el shock de verla viva, tal