Capítulo 119.
Mientras los Crown se hacían cargo de cubrir cada una de sus acciones, Harper se presentaba en algunos teatros como su contrato lo requería, ocupando algunas de sus tardes en golpes que fueron escalando a lo inhumano.
Las noticias revelaban el alcance de los asesinatos, con testigos que revelaban pequeñas descripciones de los causantes de tales acciones, aunque una mañana, estas finalizaron. Dejaron de presentarlos en periódicos, pese a que todos sabían que seguían dándose.
Incluso los portugueses que solían buscar información de esa manera dejaron de recibirla. El silencio sólo significaba una cosa. Compresión. Alguien los había silenciado.
—¿Ahora soy un mediocre atacante a traición? —rió Valente ante la información de Circe. —Luego se preguntan por qué quedan en el suelo. Toman lo que les da, pero hasta un bebé con buen desarrollo cerebral reconocería las cosas.
—¿Organizamos una conferencia, señor? Podríamos aclarar lo sucedido— el Jet estaba listo y ambos se aproximaban; uno