Capítulo 100.
Las lágrimas de Harper descendieron por sus mejillas cuándo entró al apartamento, en dónde Ken borró su risa divertida. Dejó el tazón con palitos de pepino mal cortados que llevaba hacia la sala sobre una mesa.

—¿Qué te hicieron?— Harper negó y se abrazó a él de inmediato. Eso fue aún más confuso.

La Reina Roja jamás buscaba consuelo y verla de esa manera fue cómo si cientos de alarmas se encendieran a la vez. Dijo algo ininteligible en un susurro, sin soltar el maletín que apretaba más.

—¿Qué cosa?

—Soy libre, Kennedy— su voz estrangulada por sus propias emociones, se acompañó con la mirada vidriosa que seguía temblando. —¡Soy libre, por fin!

—¿Cómo es que…?

No quiso preguntar más al verla lanzarse a sus brazos de nuevo. Franzua apareció con una campera de cuero con sus vaqueros azules, quedándose con la pregunta en la boca cuándo fue Harper la que se lanzó a sus brazos de forma abrupta.

—¡Soy libre, Mushu! —reveló, mientras él sentía los temblores de la mujer que se escondía
Nelsy Díaz

Lamento la demora, pero aquí tienen los dos capítulos que culminan con la primera etapa.

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