ANASTASIA
Han vuelto hace una hora, y en todo este tiempo no he visto la boca de Lou despegarse de la Marko ni un solo minuto. Empieza a ser raro. Y Alex se ha enganchado a dos chicas —a la vez—, y cada tanto que se me desvía la mirada se está comiendo a una o a la otra.
Aquí todo el mundo va a lo suyo, y parecen felices.
Yo sigo sentada sobre el maletero y Leo se ha colado entre mis rodillas.
—¿Esto siempre es así? —le pregunto, alzando la voz para que me escuche por encima del ruido.
Leo se gira para echar un vistazo a sus amigos, y siento cómo su cuerpo se tensa ligeramente entre mis piernas. Lou y Marko están en un rincón, prácticamente fusionados, y Alex está haciendo malabares con sus dos nuevas amigas, que no parecen tener ningún problema con compartirlo. Vuelve a mirarme, enredando su mano con más fuerza en mi pelo para acercarme a su boca.
—Sí... —murmura, con esa sonrisa suya que es mitad diversión, mitad algo más oscuro—. Son unos indecentes.
<< Como nosotros >>, pienso, per