Cinco días después
Mi vida aquí se ha vuelto monótona y no es realmente lo que me agrada, ya que, Edward me ayuda a sanar en las tardes, pero, lo hace mirándome con cierto resentimiento mientras maldice a Lucifer y me regaña por no sanar tan rápido.
— De haber sabido que sería así, no habría aceptado cuidarte. — dice Edward.
— ¿Por qué eres así de grosero? — pregunto indignada.
— Bueno, desde que Lucifer mandó esos libros, ella no me mira. Ni siquiera en la cama suelta esas estúpidas hojas. A ella no le gusta leer y se la pasa quejándose, mirándome con odio o llorando. — dice Edward y no dudo que sea así.
— Angela es una chica bastante emocional, así que, al leer mi historia… ella se vuelve así.
— Quememos las hojas, así me dedica tiempo.
Sonrío, porque al decirlo en plural es porque quiere que lo ayude con ello, ya que, no es la primera vez que él intenta quemar las hojas, pero, cuando ha enviado a alguien o lo ha intentado él, Angelica se transforma en loba y comienza a gruñi