Por Edgardo
Estoy dando mil vueltas en mi cama, por un momento, creí que Candela me iba a abrazar y a pedirle a su madre que me perdone, aunque antes de eso se me había enfrentado, como nunca lo había hecho, pero Evi, siempre tan responsable y velando por el bienestar de nuestros niños, por más dolor y odio que sienta por mí, le dijo que yo le estaba hablando, busca que me respete, pero mi hija creció.
Es una adolescente y entendió perfectamente que yo estuve con alguien más, que engañé a su mamá.
Me lo reprochó y hasta le dijo a su madre como permitía que yo la bese, cuando la cagué con otra.
Sabe que destruí a nuestra familia.
Le di el peor ejemplo, pero me necesita, como necesita a su madre.
Se impresionó cuándo me vio llorar.
Lo tenía todo y no lo valoré.
Todo por una mujer que no le llegaba ni a los talones a mí maravillosa mujer.
Si yo soy todo de ella.
Sin embargo mi cuerpo, por algunos momentos dejó de serlo.
Se apagó la luz que siempre brilló sobre nuestro hogar y ahora nos e